Ramón Rivas: “… Hemos llegado a una institución quebrada”

El nuevo secretario de Cultura de la Presidencia Sánchez Cerén se enfrenta a grandes retos desde una institución que agoniza

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu Twitter:@tomazs_andreu

2014-06-04 7:00:00

No tiene ni una semana de haber dejado el cargo y la exsecretaria de Cultura, Ana Magdalena Granadino, ya les serruchó el piso a las nuevas autoridades de la Secretaría de la Cultura de la Presidencia (Secultura). Los dejó sin fondos cuando quedan compromisos con proveedores y proyectos culturales por hacer durante el resto de 2014.

Si fuese poco, la nueva cabeza de la Secultura, Ramón Rivas, tiene una gran responsabilidad sobre sus hombros: reconstruir la comunicación que se rompió entre Estado y artistas en el quinquenio del expresidente Funes y la “creación de una nueva cultura” en el gobierno del actual presidente Sánchez Cerén.

A lo anterior se suman varios proyectos ambiciosos como el Instituto Salvadoreño del Cine, el Instituto de Estudios Superiores en Artes y también el Instituto de Investigaciones Culturales, Estéticas e Históricas, promesas que surgieron durante la pasada campaña.

El antropólogo, actualmente, está recabando información sobre varias anomalías en el último periodo de la Secultura, el cual estuvo encabezado por Granadino. De hecho, El Diario de Hoy también comprobó en esta conversación con Rivas que el registro de la Colección Nacional de Pintura y Escultura —patrimonio protegido de El Salvador— fue manipulado por la exfuncionaria. Y algunas de las obras de arte fueron llevadas arbitrariamente de un lugar a otro con el fin de ser objetos decorativos en oficinas. Esto implica violaciones a la Ley de Patrimonio y estar sobre la autoridad de su equipo de trabajo.

“Estoy preocupado porque, hasta cierto punto, la Colección Nacional la veo desmembrada”, ha reconocido el secretario de Cultura en esta entrevista.

Rivas, quien fue director de Patrimonio —durante la gestión de Granadino y quien posteriormente renunció— llega ahora a una entidad que tiene todo cuesta arriba. Sin embargo, tiene la voluntad y el compromiso de hacer la diferencia e iniciar un cambio radical en esta institución que se convertirá en ministerio de Cultura en 2015, según dijo.

“Venimos con una política de puertas abiertas, de diálogo para llegar juntos a construir país. Por eso una vez por semana vamos a ofrecer una conferencia de prensa. Estaremos abiertos a los medios”. Y a sus detractores que han cuestionado su salud les dice que “estoy vivito y coleando y he agarrado este compromiso con mucho entusiasmo”.

El primer gesto del nuevo funcionario ha sido dejar el edificio privado que alquiló Granadino en la Mar del Plata, Urbanización Buenos Aires II y por el cual pagaba cientos de dólares anuales.

¿Cómo le dejaron la casa, don Ramón?

—He venido con mi equipo y estamos un tanto preocupados porque hasta el 14 de mayo hubo fondos. Estamos desfasados hasta diciembre. No tenemos fondos para nada. No podemos hacer milagros, porque los fondos estaban programados hasta diciembre y prácticamente hemos llegado a una institución quebrada. Estamos recabando toda la información pertinente para que me tengan todo un plan presupuestario y remitirlo a las autoridades pertinentes para terminar el año y darle cumplimiento a las obligaciones que tenemos con proveedores o proyectos de índole cultural que tienen que ser financiados. Son compromisos establecidos. Este edificio lo he encontrado prácticamente abandonado —Centro de Gobierno—. Esto ha terminado siendo una bodega. He dado instrucciones para habilitar el despacho que por años ha estado destinado para el titular de esta institución. No he ido al otro edificio porque me da pena ir allá. Por razones de ética, ya no quiero referirme al pasado… Pero quiero decirte que hoy mismo [martes] hemos enviado una carta a la Corte de Cuentas para que haga una auditoría general en la Secultura lo más pronto posible. Es necesario comenzar con cuentas claras. A cada una de las unidades [de la Secultura] se les ha dado instrucciones para que sean realistas con los recursos. Esto no es una disposición de Ramón Rivas, es una disposición del presidente de la República.

Aprovechando las cuentas claras, El Diario de Hoy recibió una denuncia sobre el manoseo de la Colección Nacional de Pintura y Escultura y que hubo movimiento de piezas, se ingresaron otras al inventario. También supimos que por esto el pintor César Menéndez retiró su obra.

—Sí. Esa información me llegó hoy [martes] por la tarde. También he solicitado esta investigación. Efectivamente: sin tomar los pasos a seguir en la Dirección Nacional de Patrimonio y su inventario de registro, la acción tuvo que participarse a estos y se tomaron decisiones un tanto arbitrarias. Estoy preocupado porque, hasta cierto punto, la Colección Nacional la veo desmembrada. Una parte está allá en Casa Presidencial —cuando debería estar en la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué”—. También he dado instrucciones para que vean qué hay en Mar del Plata porque tengo entendido que ahí hay no sé cuántas obras de la Colección Nacional. Pero sí, he leído un documento que ha denunciado esta situación. De este tipo de cosas nosotros hemos tomado medidas. Es un irrespeto y, además, va contra la ley. Y que me disculpe cualquiera: la ley va sobre todo y nosotros vamos a hacer respetuosos de la ley. Te digo, tenemos una política de puertas abiertas. Vamos por otro rumbo. Estamos tratando de implementar la política cultural del plan de gobierno del señor presidente: que la cultura sea un elemento de primer orden para el desarrollo del individuo, un individuo que disfrute y viva su cultura. Si este la disfruta y la vive y se da cuenta de quién es y de dónde está, ese individuo tendrá sentido de pertenencia y si tiene esto, tiene sentido de identidad. Por eso venimos con una visión de diálogo.

En la última gestión se hicieron varias direcciones de trabajo. ¿Qué pasará con esto? ¿Se van a recortar…?

—He encontrado 16 direcciones en las cuales solo existe el director o la directora y nada más. Si estamos hablando de austeridad, porque si vos sabés a ciencia cierta que las 16 direcciones las podés reducir en 6 o 5, pues hombre, así lo vamos a hacer. Hasta el momento ya identificamos 5 direcciones de trabajo.

La verdad me parece que usted tiene un gran reto, se ha encontrado a un moribundo. ¿Cuáles serán las partes por las que empezará a subsanar…?

—Encontré un moribundo pataleando, entonces lo primero que tengo que tranquilizar son las patas de ese moribundo. Mirá, yo veo esto como un gran desafío. Me estimula el trabajo que varias gentes han estado haciendo en estas unidades —del Centro de Gobierno— prácticamente solos y esto amerita aplaudírseles. Yo lo digo: la Secretaría de Cultura tiene elementos muy buenos que no solamente hay que rescatar y hay que ponerlos en los lugares que a ellos verdaderamente les compete. Yo le dije al presidente: vamos a hacer brillar este país en lo que a cultura respecta. Y lo vamos a cumplir. Esto no se lo he dicho al presidente, solo a algunos colegas, pero yo necesito el apoyo de todos, porque esto va a hacer una nueva dirección, una nueva secretaría de Cultura en el sentido que las decisiones las vamos a tomar en forma colectiva, es decir, Ramón Rivas y su equipo de gerentes y Ramón Rivas y el sindicato. Ya tuve una reunión con ellos muy fructífera. Estoy aprendiendo de ellos. Me contaron cosas que ya me las imaginaba. Nosotros vamos a apoyar al sindicato. Este nos ha dicho que quiere trabajar con nosotros y son bienvenidos. Esto es gratificante porque ellos han visto que venimos a dialogar.

Si la Secultura se convierte en ministerio de Cultura, ¿habrá viceministro, quién será, lo elegirá usted?

—Eso lo decidirá el señor presidente. Pero quiero dejar claro que mi brazo derecho e izquierdo en la institución es Eunice Payés. Ella es la responsable de la institución después de mí.

¿Entonces, ella podría ascender como viceministra?

—Podría ser. Pero aquí quien decide es el señor presidente. Pero podría ser que ella sea.

¿Qué hay de la Ley de Cultura?

—Mañana va una nota [ayer miércoles] a la Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea Legislativa, porque queremos que se le dé seguimiento o que nos envíen las observaciones que ellos tienen al Anteproyecto de Ley de Cultura del Fmln. Queremos que este documento se convierta en nuestro punto de referencia, que nos dé elementos de juicio para seguir adelante. Ahí tenemos el proyecto para crear el Instituto Salvadoreño del Cine, el Instituto de Estudios Superiores en Arte y también el Instituto de Investigaciones Culturales, Estéticas e Históricas

Esas son las promesas de campaña del Fmln…

—Exacto. Es que el presidente ya lo dijo, que esto a partir de enero se convertirá en ministerio de Cultura.

Conectemos: ¿Cómo le afecta este desfalco económico para la creación del ministerio?

—En estos días pediremos el reforzamiento de dinero para terminar este año. Nosotros vamos a comenzar a trabajar con el plan estratégico en el que va conformado ya el ministerio. Ya estamos trabajando para conformar el plan financiero que es el que le va a dar vida al ministerio. Pronto le vamos a presentar a la prensa nacional a los gerentes nacionales de la institución. Ya encontramos al director nacional de Antropología.

¿Adelantamos nombres?

—No. Imagínate que esta persona me diga que no. Yo les he dicho que tienen un par de días para pensarlo. Les hemos dicho que nosotros reconocemos el trabajo que han hecho y que pueden jugar un gran papel en el ministerio.

Hay algo urgente: ¿cuál es la estrategia para subsanar el tejido roto entre Estado y artistas?

—Ustedes como medios de comunicación juegan un papel importante con este tipo de información que van a dar en el marco de la política del entendimiento, del diálogo. Nosotros vamos a hablar con los artistas. Sabemos muy bien que los dejaron abandonados. Ellos tienen razón al manifestarse y decir lo que sienten. Te voy a dar un ejemplo claro: la Orquesta Nacional de El Salvador (OSES). Esta la tiene cualquier país en el mundo y es el orgullo y baluarte de un país. Mirá, hay una gran cantidad de instrumentos arruinados y nadie le ha prestado atención a eso. ¿Sabés qué descubrí? El 40 % de los instrumentos de los músicos de la OSES son de ellos, son personales. Eso no puede ser. Con eso nos hemos venido a encontrar. Hay otros tantos que necesitan reparación. Incluso mirá esto: hay instrumentos que debería tener la OSES, pero no se los compraron porque dicen que son muy caros. Te lo vuelvo a decir: aquí hay potencialidad. Tenemos la Escuela de Danza, el Ballet Folclórico. Estos son los referentes nuestros.

La política significa diálogo y usted entró en uno con el Fmln. ¿Pero quién le está hablando al ámbito cultural de El Salvador: Ramón Rivas o el Fmln?

—Pues… Les estamos hablando juntos, porque este es un gobierno del Fmln. Fui nombrado por el presidente del Fmln, pero soy un funcionario para todo el pueblo.

¿No hubo nada que negociar con el partido? ¿No hubo una cuota qué negociar?

—Yo no he tenido que negociar nada.

¿Qué tanto margen de libertad tiene para trabajar?

—Pues… Yo creo que tengo margen. Lo he comprobado hasta el día de hoy.

¿El partido no le ha pedido ninguna cuota como quiero ver esto, aquello o lo otro?

—No, es que mirá, el Fmln y yo venimos manejando el mismo lenguaje. Sabemos lo que ambos queremos al terminar la gestión. La gran apuesta es la creación del Instituto en Estudios Superiores. Esa es una deuda que tenemos como país y ya no podemos seguir como empíricos. En el país tiene que haber una institucionalización de las artes, ya sea en técnico o en licenciatura. Será la licenciada Breni Cuenca [primera secretaria de Cultura en el gobierno de Funes y despedida por él tras “pérdida de confianza”] quien se encargue de este gran proyecto. [Es decir, será la directora de este organismo].

¿Qué pasará con las Casas de la Cultura?

—Venimos con grandes planes, jugarán un papel de primer orden. Las Casas de la Cultura se tienen que convertir en embajadoras culturales de nuestro país. Aquí entrarán las fuerzas vivas de cada comunidad. Hemos pensado en una descentralización. Tendremos una sección en San Salvador, Santa Ana, San Miguel. Naturalmente, esteramos bien coordinados. Con 100 Casas de la Cultura que sepamos que funcionan, pues hemos metido un gran gol.

¿Y la Dirección Nacional de Publicaciones e Impresos?

—La vamos a transformar en la Editorial Nacional de Cultura y Arte. Vamos a convertir esta instancia en un tanque de pensamiento. Este difundirá lo histórico, antropológico, sociológico y literario. Vamos a hacer colecciones de todos aquellos grandes literatos que ha tenido este país. También estamos pensando en la Revista Cultura que tiene que jugar un papel de primer orden.

¿Qué pasará con ese campo de concentración llamado Zoológico Nacional?

—Es… Es… Te voy a decir… Es una instancia en la que nosotros… Es un trabajo duro eso de estar atendiendo animales…

¿Usted cree que un zoológico es necesario para una nación?

—Eh… Lo que te quiero decir es que es la instancia que más fondos nos da a nosotros para desarrollar actividades…