Caminar varios minutos entre árboles y sembradíos hasta llegar a la cumbre de una montaña, alzar sus brazos y lanzarse al vacío suena peligroso o descabellado para algunas personas, sin embargo, esa experiencia forma parte de una de las aventuras más emocionantes y atrevidas que el ser humano puede realizar: volar.
El parapente es uno de los deportes extremos que ofrece El Salvador, el cual permite que la persona se lance con un paracaídas controlado mediante cuerdas.
Una opción de práctica es a través del grupo El Salvador Parapente, el cual realiza vuelos tours desde 2007. Julio Vega, miembro del grupo, explicó que esta disciplina consiste en deslizarse a través de ráfagas de viento en el paracaídas, que puede alcanzar hasta unos mil doscientos metros sobre el nivel del mar, a una velocidad promedio de unos 25 kilómetros por hora.
Debido al riesgo que conlleva, el piloto debe cuidar su seguridad, por lo que algunos elementos indispensables son casco protector, paracaídas de emergencia, altímetro, equipo de radio comunicador y sistema GPS.
“Hemos volado en Tamanique, Coatepeque, Conchagua y otros lugares. (…) Es la forma más fácil de volar, llegás a un instante donde tu cuerpo se desconecta del suelo y te conectás con el cielo, te da un gran sentido de paz y tranquilidad que no podés tener de otra forma”, detalló Vega.
Para volar en parapente es necesario un poco de adiestramiento, tanto en el control del paracaídas como de conocimientos básicos del tema.
El Salvador Parapente ofrece sesiones de vuelo, las cuáles se hacen en Corinto, en el Lago de Ilopango. “Vengan a experimentar volar, sean libres, desconéctense, vuelen con los pájaros y vivan una experiencia fuera de este mundo”, expresó Vega.
Si está interesado en la práctica visite la página web elsalvadorparagliding.com, en Facebook Vuelos en Parapente El Salvador o si lo prefiere solicite más detalles al correo elsalvadorparagliding@gmail.com.