Mario López: “Todavía hablo con las piedras”

El joven artista regresa con un nuevo trabajo escultórico. La filosofía indígena se encuentra en las 11 piezas que conforman la muestra. Panchimalco celebra, además, el estreno de un centro cultural

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu Twitter: @tomazs_andreu

2014-03-04 11:00:00

Una piedra tropezó con él y de ahí no se movió. La mudez de aquel cuerpo milenario comenzó un diálogo con el artista, Mario López. Ahora vuelve con una exposición escultórica que ahonda en sus raíces indígenas. Estas exploran la filosofía del ser y del tiempo. La exhibición se llama “Yagual”, voz ancestral que significa “círculo”.

“El círculo es energía. Es el surgimiento de la vida y el misterio de la muerte. Esto es parte de mis creencias. Nosotros, nuestros cuerpos, están marcados por círculos”, comenta el artista, quien asocia esto con “la tortilla y el comal, dos medias naranjas que se complementan”.

El trabajo comenzó a mediados de 2013 y dio como resultado 11 piezas. “Yagual” se aleja de las obras anteriores de Mario López. De los rostros, perfiles y torsos pasó a darle “más voz a la piedra, lejos de mi intervención. Ya no vi rostros y empecé a observar círculos, esferas”.

Para el artista “somos fuerza, porque venimos del golpe. Antes de ser lo que somos hay machucones, heridas, sangre”. Eso se lo ha enseñado ese cuerpo amorfo con el que dialoga desde 2009. “Todavía hablo con las piedras. Sin la voz de ellas no podría llegar a darles esta forma que me piden”, comenta sin ambages, Mario López.

A sus 24 años, el artista sigue agradecido con aquel extraño que le explicó qué era la Casa Taller Encuentro: Miguel Ángel Ramírez. Nadie imaginó que aquel 2005 se convertiría en un antes y un después en la vida de Mario López.

“Si ese taller y Miguel Ángel no hubiesen estado, yo no sé qué estaría haciendo en este momento”, confiesa el escultor, quien añade a su revelación que “si no estoy esculpiendo siento que no valgo nada”.

Las herramientas de este escultor —mide un metro con sesenta centímetros— son el cincel, el martillo y la lija. Solo si es necesario utiliza el esmeril. En su trabajo no hay artificios, de hecho, su faena la ve como primitiva, porque es una vuelta a la esencia de esculpir.

“Antes le tenía miedo al martillo y el cincel, pero aprendí que la fuerza no está en lo físico, sino en el espíritu”, le dice Mario López a El Diario de Hoy.

El Centro Cultural Las Cruces es un espacio que nació en los primeros días de 2014 y el trabajo de este artista es el primer montaje que se realiza en el lugar. De basurero, este sitio pasó a convertirse en nuevo pulmón artístico para Panchimalco. En su centro hay una cruz rellena de agua en movimiento. Las obras del joven escultor están en los extremos como recordándole al espectador la importancia de los puntos cardinales para los ancestros indígenas.

Las piedras que terminaron convirtiéndose en obras de arte en las manos de Mario López son de Panchimalco.

Él las encuentra en un río que lo refrescaba en la niñez. Ahora está contaminado, pero siempre sigue siéndole útil al artista:

“Una vez sacaron una para usarla como cuña de camión. La vi tan bonita y me la llevé. Las piedras basálticas siempre han sido mis favoritas”.

“Yagual” se inauguró el pasado 1 de marzo y permanecerá disponible hasta el próximo 30 de mayo en el Centro Cultural Las Cruces de Panchimalco. La visita puede realizarse en horas hábiles. La entrada es totalmente gratis.