La vida y obra de Manuel Pasasin en guía didáctica

La obra en papel picado del artesano salvadoreño y su vida han sido registrados en una guía educativa para mantener vivo su legado. El trabajo será publicado en marzo

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elsalvador.com

Por Tomás Andréu Twitter: @tomazs_andreu

2014-02-07 7:00:00

A la muerte se le vence con memoria. Mientras alguien recuerde no habrá olvido. Y a la resurrección se llega a través de la memoria escrita. Por eso Manuel Pasasin ha vuelto a la vida con la guía pedagógica que el Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades (CICH) de la Universidad Dr. José Matías Delgado ha realizado sobre el artista popular. La publicación que está en fase de edición, aborda uno de los legados que le dieron renombre al gestor indígena: el arte del papel picado.

“La guía es una forma de darle valor a las artes populares en el país”, le explica a El Diario de Hoy la investigadora del CICH, Marta Eugenia Valle Contreras. El trabajo tiene algunos conceptos básicos sobre el patrimonio cultural, el arte popular, el legado artístico de los pueblos originarios. Todo este contexto realza la vida y obra de Manuel Pasasin, quien murió arrollado por un vehículo en octubre de 2013. Este deceso puso fin a la trayectoria de un hombre de raíces indígenas que dedicó más de dos décadas a la transmisión de la sabiduría y herencia cultural de nuestros ancestros.

Su comunidad indígena en Izalco fue la que recuperó y le dio vida a la tradición del papel picado a través de don Manuel.

Toda la vida y obra de este artista tomó un giro en la guía didáctica. Su acervo cultural pasó a ser un mundo lúdico y educativo en ámbitos que van desde el mismo arte popular hasta la importancia y conservación del patrimonio. La publicación se nutre de ilustraciones, fotografías y herramientas audiovisuales como un documental.

Esta publicación será la biografía más precisa de Pasasin, porque él mismo la asesoró y la vio lista para ser impresa. La geografía de Izalco también juega un papel importante en este trabajo. Cada tema tiene un texto introductorio, exploración de conceptos, ejercicios prácticos y autoevaluaciones.

“Él fue un artista que se exigió al máximo para poder expresar su mundo a través del papel picado”, asevera Valle Contreras, quien también es artista visual.

La guía didáctica reúne las técnicas básicas del trabajo de don Manuel . La edición pedagógica ha sido pensada para niños entre 9 y 12 años.

“Él es un ejemplo inspirador que dialoga con el lector a través de la guía didáctica. Esto permite adentrarse en el mundo del papel picado de don Manuel. Esta publicación explora tanto la técnica como sus posibilidades creadoras”, comenta la investigadora.

Todo empezó alrededor de 2011. El contacto con la vida y obra de Manuel Pasasin motivó a los investigadores a profundizar más en los resultados que iban obteniendo. Eso los llevó a consultar a expertos en pedagogía, etnografía y antropología. El trabajo está en la fase de edición y será un tiraje corto, es decir, 500 ejemplares. Sin embargo, el CICH tiene la ambición de lograr una producción mucho más amplia que pueda llegar a todos los centros escolares del país.

El texto aún no tiene un nombre oficial, sin embargo, este esfuerzo pasa a formar parte de la Colección de Guías Didácticas sobre Arte Popular Salvadoreño, un proyecto editorial que se desarrolla desde el año 2009 en el contexto del Programa de Investigaciones para el Fomento de la Educación Artística ejecutado por el CICH en colaboración con la Asociación Iniciativa Pro Arte Popular (Inar). El objetivo es insertarse e incidir en la calidad de la enseñanza artística del país.

La artista Valle Contreras ha explicado que la publicación posee un índice didáctico, fechas conmemorativas que hay en Izalco —lugar al que pertenecía Manuel Pasasin— y juegos que esclarecen conceptos. Por ejemplo, hay un personaje que se sube a un avión y hace un recorrido por el sistema geográfico al que pertenece el volcán de Izalco, es decir, Sonsonate. El libro también dispone del permiso de National Geographic para reproducir fotografías de 1958. Esto permite apreciar cómo era el Izalco de aquella época. Además, hay un apartado para hablar sobre el origen de los pipiles, ingredientes históricos sobre los pueblos indígenas y el aparecimiento del concepto República.

Manuel Pasasin no solo fue un artista preocupado por lo indígena, también dedicó su arte a los temas en boga como los mundiales de fútbol. Entendía el afán del mundo y lo retrataba a través del papel picado, según la investigación didáctica del CICH. Incluso, presenta los procesos de creación, sus herramientas de trabajo y el resultado final de su labor manual.

“Don Manuel fue el colaborador directo de este trabajo. Se convirtió en el asesor y el protagonista de esta publicación. Él quedó muy entusiasmado, pero su muerte nos tomó por sorpresa”, confiesa la artista Valle Contreras.

No sería atrevido decir que las tradiciones de Izalco están perpetuadas en sus obras. Tampoco es extraño que le encargaran trabajos para representar la Semana Santa o el Día de la Cruz.

La última fotografía

El papel picado es una tradición que se remonta a la época de la Colonia. Las fiestas populares se han apoyado en este trabajo manual. Don Manuel llevó el papel picado a la categoría de arte en Izalco. Su vida giraba alrededor de lo que hacía. De hecho, su muerte sucedió mientras apoyaba una actividad cultural, es decir, murió con las botas puestas.

El artista izalqueño perdió la vida la noche del domingo 20 de octubre. Tenía 83 años. Dedicó más de 25 años al rescate, desarrollo y difusión de la cultura de su localidad. Nació en 1930 y creció junto a la danza tradicional de “El tigre y el venado”. Sus creaciones maravillaban a propios y extraños. La gente daba por imposible que en un soporte tan frágil y efímero como el papel se hicieran elocuentes obras como las que realizaba la imaginación del artista popular. Además de artesano, el maestro se dedicó a enseñar la danza antes mencionada. En vida se desempeñó como primer regidor de la comunidad indígena de Izalco.

El artista indígena y popular fue un gran creador de la chicha. Aprendió a hacerla desde los 15 años. Sobre esta decía: “Tómese un vasito de chicha todos los días y verá cómo se le limpian las vías urinarias”.

Los restos del artista izalqueño fueron sepultados en el cementerio general presbítero Salvador Castillo Solórzano.

La última sesión fotográfica que El Diario de Hoy le hizo a don Manuel, data de agosto de 2012.

“Don Manuel era una persona humilde. No parecía el hombre con esa destreza en sus manos. Le pregunté si se pintaba el pelo, porque no tenía una cana. A él le dio risa. Fue tan amable que me enseñó su pequeño museo. Entendí que él era un indígena”, recuerda el fotoperiodista, Huber Rosales. Él fue el último que lo retrató con vida para El Diario de Hoy.

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