Miuccia Prada ha completado su estudio de la cultura pop y dice que quiso tomar una posición “mucho más íntima, con una mirada introvertida en la ropa” en su última colección, la cual presentó ayer en la Milan Fashion Week Men’s Collections.
Para eso, volvió su ojo de diseñadora hacia el teatro europeo de vanguardia de la década de 1970 y principios de 1980 en busca de inspiración, para la cual emplea la luz y a veces usa telas y tejidos trans- como el pilar de la colección masculina para el próximo otoño e invierno , en la que incluyó algunas prendas para las mujeres.
Prada evitó el reino del arte pop juguetón que ha usado en las últimas temporadas , centrándose en monocromos, que se mezclan libremente en cada conjunto.
Los colores eran mayormente tonos profundos, púrpura, moho, verde azulado y marrón compensado por la crema, rojo y magenta.
Las piezas, en sí mismas, tienen una apelación teatral, trajes en tonos profundos con ribetes contrastantes a lo largo de las costuras exteriores se acentúan con los pañuelos de seda atado alrededor de su cuello, en lugar de lazos .
Los trajes se emparejaron con camisas con cuello de seda , o súper- transparentes camisetas de punto que ponen en clara evidencia el estado de aptitud del portador.
“Desde el punto de vista de la moda, fue un gran trabajo para mí usar telas ligeras. Incluso si era casual, también era una especie de elegante”, expresó la diseñadora después del desfile.
Chalecos pullover en tela acolchada y piel son algunas propuestas, y más de un abrigo largo hasta la rodilla, creando un look de falda, también se dejó ver.
Los abrigos de piel tampoco faltaron. Ni el calzado con suela sólidas y los accesorios que incluyen bolsas de cuero.
Prada también contó con algunas mujeres en el espectáculo, con vestidos de cuero de papel ligero que se unen en la cintura y el escote, y faldas escarpadas largas con boas.
Las modelos llevaban sandalias de tacón alto a juego con bolsos de cuero.
El desfile contó con selecciones de música de Kurt Weil. Los arreglos los hicieron en cuatro días. “Dijeron que normalmente toma seis meses. Pero lo hicieron. Trabajaron día y noche”, finalizó la diseñadora. —AP