Niños, jóvenes y adultos se dejaron cautivar por la adrenalina y la emoción de las acrobacias realizadas en la primera jornada del Show Aéreo Ilopango 2014, el cual beneficia a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Niños Benjamín Bloom.
La música interpretada por la banda de paz “La Coruña” y la singular formación de un grupo de militares consiguió que el público asistente estuviera muy atento a cada una de las actividades.
Así inició desde temprano la décima séptima edición del espectáculo aéreo, el cual ha unido a diversos profesionales de las alturas.
Pese a que el sol estaba en el punto más alto, el viento permitió refrescar los rostros de cientos de personas que fotografiaban en cada momento las piruetas de los expertos pilotos.
A lo lejos, Samuel Viaud, de 5 años, se mostró admirado por los trazos que dejaban los pilotos en cada acrobacia. Emocionado, sus ojos no dejaban de brillar sin saber que aquellas figuras eran un “Loop o rizo”, un “ocho cubano”, una “cabeza de martillo”, un “immelmann” o la sorprendente “caída de cola”.
“El Show Aéreo Ilopango ya es toda una tradición en el país y siempre ha contado con la presencia de pilotos de renombre nacional e internacional. Así que como comité impulsamos una serie de ideas para que el espectáculo sea mejor que el del año anterior”, aseveró el presidente del comité organizador y piloto, Eduardo Poma.
La gente aplaudía, gritaba y miraba asombrada el primer espectáculo por los apasionados pilotos Tito Gutiérrez y Rogelio Peña. Gutiérrez se presentó en sus avionetas Azteca, Navajo y Pawnee, haciendo maniobras de precisión, pese que sus aviones no están diseñados para ello, al estilo de Bob Hoover emociona al público en su recorrido. Mientas que su colega operaba su Robison 44, con el que dibuja increíbles piruetas.
Mientras tanto, los hermanos guatemaltecos Miguel García Salas y Mario Mena, antes de su intervención, firmaron autógrafos y posaron con sus admiradores para una foto. Los expertos también se mostraron ansiosos y nerviosos por compartir su amor a este deporte extremo, subieron a sus “Extra 300” (aviones de fuselaje y aleas hechos de una fibra de carbono) que les permitió ser aerodinámicos y simétricos. Montaron un ángulo de incidencia cero para lograr un vuelo de posturas normales e invertidas.
“Fue difícil por el clima. Pero estoy contento y alegre de compartir con los salvadoreños y mi familia la pasión acrobática. Estoy sorprendido por el cariño de la gente y es por ello que hacemos todo lo posible para trasmitirles una gran energía”, comentó el piloto García Salas para El Diario de Hoy.
Las volteretas siguieron. El cielo comenzó a dibujar múltiples retratos para que el público se entusiasmara. Los experimentados jinetes Skip Stewart, la atrevida Melissa Pemberton, Martin Keller, Gary Ward, Dondi Pesquera, Bobby Watss, Frank Noll, Greg Koontz, Eduardo Poma, Carlos Dárdano y Fernando Viaud continuaron con lo suyo, lograron realizar sus hazañas aéreas en sus afamados aviones.
Por su parte, el piloto Carlos Dárdano se mostró muy agradecido al ser parte del espectáculo. “Con este evento, queremos demostrarle a la gente que las hazañas aéreas te invaden de adrenalina en todo el cuerpo, una sensación única y espléndida. Y hoy comparto con mis dos hijas…”, explicó.
Al anochecer, las luces empezaron a llenar de alegría a los presentes. El asombro se dibujaba en sus caras. El gran piloto que dirigió esta aventura fue el estadounidense Martin Keller, que al mando de su Strearman (TG-JEN), con los colores del ARMY de Estados Unidos, impactó a todos con su elegancia y el estruendo sonido de su motor radial. Lo convirtieron en un clásico personaje del show que continúa este domingo.