“La forma de hablar como el Señor Disney tenía un ritmo especial…”

El ganador del ??scar se sumerge en el maravillo mundo de Disney para protagonizar el filme "El sueño de Walt"

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elsalvador.com

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2013-12-20 7:00:00

Caminando las mismas calles del estudio de Disney, detrás de la montaña del cartel de Hollywood, a unos pasos del Estudio 2 donde filmaron Mary Poppins, nos invitaron a ver “El sueño de Walt”, que justamente cuenta la complicada historia detrás de la producción de “Mary Poppins” donde Walt Disney tardó nada menos que 20 años en convencer a la autora del libro original. Y en el mismo Hotel Beverly Hills que también muestra la película entrevistamos a Walt Disney, mejor dicho a su protagonista, Tom Hanks.

¿Es cierto que investigó hasta el cansancio la vida de Walt Disney para interpretarlo mejor?

—Bueno, tuve una montaña de historias y algunas anécdotas de su vida por gente que conocía a Walt. Y la hija, Diane Disney Miller, me permitió un acceso ilimitado a sus archivos y el museo que tienen en San Francisco, donde fui un par de veces. También tuve muchísimos videos y grabaciones de audio con las que pude trabajar. Lo malo es que por lo general, Walt Disney estaba interpretando a Walt Disney. Pero encontré un océano de material sobre este hombre, por el gran sentido que tenían los proyectos en que él tanto creía. Era una persona apasionada por las posibilidades tan maravillosas que se le ocurrían además de las películas que quería hacer y todo lo que soñaba construir. Y tuve la suerte de contar con el mejor mapa para encontrarlo.

¿Fue un verdadero desafío verse también parecido a Walt Disney, con bigote incluido?

—Creo que hicimos los análisis más discutidos y fotografiados del planeta con ese bigote (risas). Estuvieron a punto de buscar documentos del gobierno para discutir el ángulo de la sombra o qué tan grande iba a ser mi bigote. Aunque no me parezco demasiado a Walt Disney buscamos una línea, una figura angular con los trajes y algunas pelucas que también usamos.

¿Qué características especiales trató de incorporar en su actuación para parecerse más a una leyenda como Walt Disney?

—La forma de hablar como el señor Disney tenía un ritmo especial que me llevó un tiempo descubrir. Pero muchas de las pequeñas anécdotas que conocí ayudaron bastante. La tos de Walt, por ejemplo. Él fumaba tres paquetes por día. Y todos sabían que Walt estaba llegando a la oficina, porque podías escucharlo tosiendo desde afuera. Es algo que pude agregar en la película, como una de las tantas cartas divertidas que tuve para jugar.

¿Qué más aprendió sobre Walt Disney que no sabíamos antes?

— Tengo suerte, porque en esta época de su vida especialmente, Walt Disney era bastante parecido al verdadero Walt Disney y con los datos que me dio su hija me sorprendió saber que era un padre bastante regular. Hasta la idea de Disneylandia surgió porque solía salir con sus dos hijas todos los sábados y después de un tiempo, en Los Ángeles, se quedó sin lugares para llevarlas. Había unos paseos a caballo donde hoy está el “shopping” de Beverly Center y había un carrusel en el Parque Griffith, pero eso era todo. Y un día estaba sentado comiendo maní en un banco del Parque Griffith, las hijas estaban jugando y pensó que debería haber un lugar donde los padres pudieran llevar a sus hijas los sábados en Los Ángeles. Así nació Disneylandia. Y eso te demuestra que estaba muy conectado con la familia, con el hermano Roy, la madre y el padre que también formaron parte de su vida apenas tuvo dinero. Y lamentablemente él también fue víctima de aquellos tiempos, porque al fumar tres paquetes de cigarrillos por día, murió de cáncer de pulmón, con una de las realidades que vivía el mundo de aquel entonces.

Más allá de Disneylandia, la historia del clásico del cine “Mary Poppins” también tuvo mucho que ver con su familia, cuando en la década del 40 las hijas de Walt Disney le habían rogado que filmara una película con aquel libro favorito, escrito por P.L. Travers. Claro que en el momento de prometerles que lo iba a hacer, Disney no se dio cuenta de que tardaría nada menos que 20 años en cumplir su promesa. A la autora le parecía ridículo hacer un dibujo animado, pero cuando las ventas del libro empezaron a bajar aceptó la invitación de viajar hasta los estudios de Disney en Hollywood, con la historia que ahora muestra la película “El sueño de Walt” (Saving Mr. Banks, en inglés). Con un elenco encabezado por Emma Thompson como P.L. Travers, Colin Farrell como su padre y Tom Hanks como Walt Disney, la película muestra otro lado desconocido de “Mary Poppins”, mucho antes de los cinco premios Óscar, 13 nominaciones y mucha más realidad que ficción.

Sabiendo que tiene dos nietas, el rol del abuelo es un lado suyo que muy pocos conocen. ¿Cómo es realmente Tom Hanks abuelo? ¿Las llevó alguna vez a a pasear a Disneylandia, por ejemplo?

—Las llevé a Disneylandia el mismo día que nosotros filmamos en Disneylandia. Las llevamos con nosotros y lo interesante que me pasó como abuelo es que uno no se da cuenta de que una nieta no debería gustarle una atracción como la Aventura de Winnie The Pooh. Es el osito Winnie the Pooh. Es divertido, tiene que ser bueno. Yo estaba seguro de que ella iba a recordar por el resto de su vida aquel paseo por la Aventura de Winnie the Pooh. Pero mi nieta se aterrorizó por los ruidos (risas), los osos que daban vuelta y los saltos en el carro. Quedó espantada para el resto de sus días con la primera imagen de Winnie the Pooh (más risas). Y su abuelo fue el que la forzó a hacerlo, justo el día que además estaba interpretando a Walt Disney en Disneylandia (le cuesta parar de reír). Ese es un buen ejemplo de mi fantástico trabajo como abuelo.

¿Entre tanta admiración por Batman, Superman o Ironman le gustaría que sus nietas lo reconozcan como el verdadero héroe de Hollywood que es?

—Yo simplemente soy una persona que tiene un buen trabajo pretendiendo ser otra persona. La palabra “héroe” es un término que me queda demasiado grande. Para mí, un héroe es alguien que voluntariamente entra a lo desconocido, tratando de hacer un bien. Hay bastante variaciones en ese sentido, donde hasta pueden arriesgar sus vidas. Y el trabajo que yo he hecho no tiene tanto impacto en ningún concepto más allá de tratar de hacer lo correcto, en comparación con los ejemplos de los hechos evidentes que uno termina admirando después de verlo en las noticias. Todos pasamos algún momento de nuestras vidas donde podemos llegar a ser héroes o cobardes y solo espero ser lo menos cobarde posible. Me encantaría ser un héroe, pero nunca tuve que pasar una prueba semejante.

Así como Mary Poppins nació con la imaginación de la escritora australiana P.L. Travers, la película “El sueño de Walt” había nacido con el documental de otra australiana, Ian Collie, “La sombra de Mary Poppins”. Es ahí donde a lo largo de 55 minutos había mostrado que la escritora Helen Lyndon Goff había elegido el nombre de su padre Travers y las iniciales del nombre Pamela Lyndon para evitar que supieran si era hombre o mujer. Y la misma Ian Collie cuenta que su historia tuvo que ver con otra historia. “Había visto en una librería una biografía de Pamela Travers y me pareció fascinante saber que ella era australiana porque Mary Poppins era un libro inglés y al conocer su historia me di cuenta de que muchos de sus personajes tuvieron que ver con las experiencias que ella había tenido en su infancia, en Australia”. Así es como la película “El sueño de Walt” muestra las complicadas reuniones entre Walt Disney y la autora de Mary Poppins, mientras recuerda aquellos momentos con el padre y otra historia que realmente nunca quiso mostrar.

¿Cómo cree que respondería hoy, la autora de Mary Poppins, si viera esta película?

—Con un gran silencio.

¿Como director y productor se identifica en algo con el lado de la historia, por todas las complicaciones que vivió Walt Disney para convencer a la autora de Mary Poppins?

—Creo que todos en Hollywood en cierta forma se parecen a esta persona que trata de darle vida a una historia que a veces empieza en tu cabeza. Nunca falta alguien que diga “No, no, no, no, no vas a poder hacerlo”. Y supongo que en aquel momento, Walt Disney estaba acostumbrado a hacer todo lo que quería, porque era el hombre que había inventado a Mickey Mouse. Y en su proceso creativo, con lo que realmente trata esta película, te das cuenta de que es una persona que seguía siempre adelante, aunque tuviera que saltar de un avión y volar hasta Londres para tocar la puerta de una escritora. Es lo que se necesita a veces para cumplir un proceso creativo. Por suerte es algo divertido, porque si no… sería demasiado.

¿En su caso, hasta qué punto lo influencian los viejos éxitos y las creaciones creativas anteriores para mejorar la actuación de una nueva película?

—Cada película es diferente. Me encantaría que se parezcan unas a las otras, pero no. Sería un buen atajo si lo fueran. Con cada película siempre empiezo desde cero. Todo lo que aprendí no significa absolutamente nada. Uno simplemente confía en el proceso y todo lo que aprendió, para hacer lo mejor en la siguiente película.

El título en inglés de la película es “Saving Mr Banks” y supongo que recordará que ya había protagonizado otra película con Matt Damon que se llamó “Saving Private Ryan”. ¿Desde el lado cómico de su carrera haría una tercera película con el título “Saving” otra vez?

—Me gustaría pensar que es una trilogía (ríe). Tiene que haber alguna era de la historia que podamos explorar para seguir adelante, como “Saving John DeLorean” para interpretar al inventor de un auto… Hmm, pero me parece que no es muy gracioso. Olvídate, no tengo nada, pero al menos lo intenté.

En cierta forma hoy ya tiene otro estilo de trilogía, porque en estos últimos meses está compitiendo contra usted mismo, entre la película “Captain Philips”, “El sueño de Walt” y la producción de la película “Parkland”.

—Es verdad debería dejar de trabajar tanto, el cine me está matando.

¿Es posible encontrar algo del verdadero Tom Hanks detrás de la creación de cada personaje? — Hay momentos en nuestro trabajo donde hacemos algo parecido, pero después de un tiempo te das cuenta de que ya lo hiciste demasiado y lo importante es realmente encontrar la empatía por un personaje. Yo no tengo nada en común con mis personajes. Amo mi familia, amo a mis hijos, pero cuando llega el momento no puedo cambiar mi propia vida por lo que hago en cine. Tengo que buscar otro lugar que sea mucho mejor que mi vida para encontrar un mejor impacto.

¿Cuál es el cambio más grande que nota en la técnica de su actuación a lo largo de todos estos años?

—No sé cómo explicar bien el proceso, pero te aseguro que no tiene nada que ver con pensar lo que haría en una situación similar ni con mi esposa o mis hijos. Se necesita estar abierto a una visión de la historia, además de mantener la verdad de una experiencia a lo largo de todo un rodaje. Al principio de mi carrera, cuando no tenía 57 años, cuando todavía no había trabajado tanto ni había visto demasiado solía dar vuelta las imágenes de mi familia en el trabajo de una película bastante. Pero a medida que pasa el tiempo, uno aprende a ver más allá de tu propio mundo personal.