¿Funcionan las segundas oportunidades?

expertos señalan que Perdonar es un acto de amor, pero muchas veces puede convertirse en un tormento

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elsalvador.com

Por Texto: Diandra Mejía Fotografía: EDH

2013-11-23 7:00:00

Cuántas veces se ha escuchado la frase: “Dame una segunda oportunidad” o “no soy el mismo de antes, te juro que he cambiado”. Esas palabras que suelen decir las personas cuando intentan reconciliarse y darse otra oportunidad.

Perdonar y enmendar lo ocurrido es común en noviazgos y matrimonios, pero hacerlo de manera frecuente y con la misma persona genera lo que muchos especialistas llaman una relación adictiva y dependiente.

Según Sonia Fuentes, psicóloga y terapeuta, la búsqueda del amor es una de las necesidades básicas del ser humano; “el afecto nos convierte en seres fuertes, pero si al alcanzarlo nos entregamos en exceso y no acertamos a delimitar los sentimientos, la pasión se puede convertir en un tormento”.

Dar una segunda oportunidad no siempre es racional pero la mayoría de las veces es bondadoso dice la especialista “perdonar a quien te hirió la primera vez es arriesgarse a ser herido de nuevo pero también a ser redimido”, menciona Fuentes.

La especialista agrega que en las relaciones hay diferencias de pensamiento, de carácter e ideología y por eso es que las personas se enamoran de la otra, porque es diferente, ahora bien cuando no se logra aceptar esas diferencias ahí aparecen los problemas y las necesidades de separarse.

Fuentes además añade que si la pareja está dispuesta a aceptarse tal y como son y tratan de mantener una buena comunicación, llevar una relación puede ser favorable para ambos.

“El problema recae cuando una de las partes sede la mayoría del tiempo, es de analizar está conducta ya que cuando hay un maltrato y la persona insiste en esa relación puede ser que sea dependiente o tenga miedo a la ruptura, a estar sola o simplemente no puede vivir sin alguien cerca suyo”, puntualiza Fuentes.

En un estudio de la Universidad de Zúrich que se realizó en 2005 descubrieron que existe una serie de conductas que se repiten en las personas dependientes. La primera y principal señal es el miedo.

Los especialistas a cargo del estudio mencionan que la mayoría de personas entrevistadas mencionaron que sin pareja se sienten abandonados y solos ante el peligro, como si no tuvieran la disposición necesaria para enfrentarse al mundo sino es en compañía de alguien del cual dependen.

Ese miedo conlleva a otro patrón que también se repite, la tendencia a encadenar relaciones. Los dependientes emocionales suelen tener parejas desde la adolescencia, y si es posible intentan estar siempre con alguien. Después de una ruptura, vivida como un acontecimiento verdaderamente catastrófico, intentan reanudar la relación por muy nefasta que haya sido o bien buscan a otra persona que cubra su necesidad extrema de estar acompañados de alguien”, comenta Ernest Fehr, encargado de la investigación.

Tomás Castello, terapeuta de parejas y escritor del libro “Adictos al afecto” menciona que la dependencia emocional puede estar ligada a que muchas personas estén en una situación de ruptura y reconciliación. “Esto claramente es una dependencia, aunque no está reconocida como una patología oficial, más bien este tipo de conductas pueden deberse al trastorno de oxitocina (la llamada hormona del amor) que lleva a la persona a buscar más apego.

“Cuando se habla con las parejas y con los individuos normalmente nuestros resultados indican a que en la mayoría de casos estas personas han tenido problemas de afecto en la infancia”, explica este terapeuta con respecto a la dependencia amorosa.

El experto asegura que la mayoría de casos han experimentado historias de relaciones familiares perturbadoras, de carencia afectiva, inadaptación social, vivencias de rechazo en la familia e incluso de sobreprotección extrema. “Haber vivido este tipo de situaciones durante los primeros años de vida provoca que se vaya fraguando una autoestima deficitaria que comienza a introducir una afectividad perturbada, es decir, una forma de querer patológica”, menciona Castello.

Otros estudios añaden que no obstante, una persona puede llegar a ser dependiente emocional por diferentes y variadas causas: la personalidad de cada uno desempeña un papel importante en el desarrollo de esta necesidad, así como el proceso de socialización o, incluso, las situaciones traumáticas.

Las mayoría de terapeutas de pareja recomiendan el consejo de especialistas en la materia para orientar a la pareja hacia lo que realmente desean. Dar muchas oportunidades puede ser dañino.

“Las consultas de pareja son buenas para que las personas hablen de lo que sienten , de los que les gusta y molesta. Ahí muchas veces se dan cuenta que es mejor que cada quien tome su camino para no seguir haciéndose sufrir puede que lleguen a un acuerdo, pero el seguimiento a su relación debe llevarse de cerca”, enfatiza la psicóloga Sonia Fuentes.

Es bueno que cuando las parejas se dan una nueva oportunidad reciban ayuda profesional, mantengan buena comunicación y asistan a terapias para fortalecer la confianza mutua y el manejo de problemas.

“Si la relación es traumática, torturadora y hace infeliz a cualquiera de las partes es mejor que esta finalice para que ambos descubran lo que desean y lo que los hace felices”, puntualiza la doctora Fuentes.

“La ayuda profesional es muy importante si las personas no pueden solucionar sus problemas de pareja siempre es bueno una ayuda para que no se dañen ambos y tengan una orientación adecuada sobre su situación. Si hay hijos ese acuerdo debe favorecer la salud mental y emocional de los pequeños y hacerle sentir que no van a perder a ninguno de los dos”, dice la especialista.