Los niños de cinco años que consumen gaseosas, bebidas deportivas o jugos con azúcar todos los días son más propensos a ser obesos que los que lo hacen con menos frecuencia.
Los autores de un nuevo estudio aseguran que, hasta ahora, las pruebas de ese efecto no eran tan claras en los niños pequeños.
“Aunque las bebidas dulces aportan un porcentaje relativamente pequeño de las calorías que consumen los niños, esa cantidad adicional favorece el aumento del peso en el tiempo”, dijo el doctor Mark DeBoer, autor principal del estudio de University of Virginia, Charlottesville. —Reuters