“Mi corazón los abraza con efecto universal”

El Santo Padre agradeció el entusiasmo de los jóvenes que se han hecho presentes a jornada para renovar su fe.

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elsalvador.com

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2013-07-25 8:00:00

La llegada del Santo Padre a Río de Janeiro llenó de calor humano a todos los friolentos peregrinos, quienes con mucho entusiasmo llegaron con sus banderas bajo las constantes lluvias en las calles de la ciudad y la playa de Copacabana. Desde temprano, los salvadoreños llegaron hasta los alrededores del majestuoso templete y de las calles, con la esperanza de que el Papa viera las banderas azul y blanco de El Salvador.

Los gritos y la algarabía eran más intensos mientras más se acercaba la hora de la Fiesta de Acogida en el paseo marítimo.

Alrededor de las 6:00 de la tarde el Pontífice llegó al fin a este encuentro con los jóvenes.

Luciendo su traje blanco y resaltando su sencillez al besar a los niños y saludar a los peregrinos a su paso por las calles de la ciudad, el Santo Padre fue recibido con millones de aplausos.

A su llegada al templete los jóvenes le mostraron su gratitud y emoción por su llegada con bailes y saludos de los jóvenes de cada uno de los cinco continentes.

Con su peculiar acento argentino se dirigió a los jóvenes para agradecerles el testimonio de fe que están mostrando los jóvenes al llegar a la JMJ.

Dixie Canizález, miembro de la delegación Peregrinos de la Paz, fue una de las miles que tuvo la oportunidad de mirar pasar al santo padre, aunque sea por unos minutos.

“Río se convierte en el centro de la iglesia en su corazón vivo y joven por que ustedes han respondido con generosidad y entusiasmo a la invitación que Jesús les ha hecho”, mencionó el Pontífice al ver a los millares de jóvenes en la playa.

“Mi corazón los abraza con efecto universal, porque lo más importante hoy es esta reunión de ustedes y los jóvenes que nos siguen a través de los medios”, destacó el obispo de Roma.

“Hoy he venido a confirmarles en esta fe, la fe en Cristo vivo que habita en ustedes, pero he venido también para ser confirmado por el entusiasmo de su fe. Les saludo a todos con gran afecto”, añadió, mientras era ovacionado por cientos de miles de jóvenes.

Esta fue una ceremonia llena de júbilo en la que el Papa invitó a afirmar ese compromiso con Jesucristo.

“¿Quieres ser mi discípulo? ¿Quieres ser mi amigo? ¿Quieres ser testigo del Evangelio?”, fueron algunas de las interrogantes que hizo a los jóvenes a para invitarles en el Año de la fe a renovar ese compromiso cristiano.