Los rostros detrás de la transición

Por el momento el gobierno de la Iglesia queda a cargo del camarlengo, cardenal Tarcisio Bertone, y sus colegas del Sacro Colegio

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elsalvador.com

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2013-03-02 8:00:00

El Vaticano dio los primeros pasos el viernes para gobernar una Iglesia católica sin papa, con algunas medidas prácticas para poner fin formalmente a un pontificado y preparar el cónclave que elegirá al titular del siguiente.

La renuncia de Benedicto XVI el jueves a las 8:00 de la noche inició un período conocido como “sede vacante”, la transición entre el fin de un papado y el comienzo del siguiente.

El decano del Colegio de Cardenales convocó formalmente a los “príncipes” de la Iglesia a Roma para una reunión previa al cónclave mañana, aunque muchos de ellos ya se encuentran en la ciudad. Pero en una carta el viernes, el cardenal Angelo Sodano aclaró que se fijará la fecha cuando hayan arribado todos.

Por el momento, el gobierno de la Iglesia queda a cargo del camarlengo, cardenal Tarcisio Bertone, y sus colegas del Sacro Colegio, quienes deberán planificar el cónclave encargado de elegir al 266to líder de los 1.200 millones de católicos.

El camarlengo, o camarero, cardenal Tarcisio Bertone, cumple las funciones del gobernador temporal en la sede vacante. Aplica el sello sobre el estudio y dormitorio del papa saliente y toma la dirección de la Cámara Apostólica o Palacio Apostólico, “salvaguardando y administrando los bienes y derechos temporales de la Santa Sede” hasta la elección de un nuevo papa. El jueves por la noche, Bertone selló los aposentos del papa renunciante, que serán reabiertos tras la elección de su sucesor.

En 2007, Benedicto impuso el cargo de camarlengo a Bertone, de 78 años, una elección natural puesto que es el segundo en jerarquía del Vaticano en su función de secretario de Estado y dirige la burocracia vaticana.

Sacerdote de la orden salesiana, Bertone se graduó como abogado en derecho canónico y enseñó en varias universidades romanas durante años antes de pasar a trabajar para el entonces cardenal Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Vaticano, en 1995.

Como secretario de Estado, Bertone contaba con la confianza de Benedicto, pero su legado muestra altibajos. No tenía preparación diplomática antes de ocupar el cargo diplomático y administrativo más importante de la Santa Sede, y sus críticos culpan las fallas del papado de Benedicto y las actuales irregularidades del Vaticano a la administración de Bertone.

La revelación de documentos papales el año pasado pareció socavar más su autoridad al poner de manifiesto las luchas por el poder durante su mandato. Pero en su último discurso papal, Benedicto le dio las gracias específicamente.

Por su parte, el Decano del Colegio de Cardenales es el Cardenal Angelo Sodano. Es el miembro de mayor jerarquía. Son los llamados “príncipes” de la Iglesia cuya tarea principal es elegir un papa. En uno de sus primeros actos oficiales como decano, Sodano convocó el viernes oficialmente a los cardenales a Roma para participar en las reuniones previas al cónclave.

El decano supervisa dichas reuniones, en las que se discuten los problemas de la Iglesia, y desempeña tareas dentro del cónclave, incluso preguntar al elegido en votación si acepta el cargo. Pero Sodano tiene 85 años y por lo tanto no puede votar, de modo que algunas de sus tareas pasan al vicedecano.

Además, el maestro del ceremonial litúrgico es Monseñor Guido Marini. El maestro de ceremonias litúrgicas dirige el aspecto religioso del cónclave y la misa de asunción para el nuevo papa, rituales cuidadosamente coreografiados. Acompaña al decano cuando se pregunta al elegido si acepta el cargo. —AP/EDH