Energía a un alto precio

Las bebidas energizantes son usadas por muchos jóvenes sin conocer los posibles daños

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No menos de unos 20 fieles acompañan la imagen del Nazareno a la hora de salir de la iglesia de San Luis del Carmen, en la zona sur de Chalatenango, para el Vía Crucis. foto edh / Maynor Ruiz

Por Texto: Alfredo García Ilustración: Carlos Cartagena

2013-03-23 8:00:00

En los últimos años la oferta de bebidas energéticas ha crecido debido a la mayor demanda. Especialmente de jóvenes que buscan “ayudarse” con dosis de energía extra para poder cumplir con sus actividades diarias.

Muchas personas tienden a consumirlas con frecuencia, en algunos casos hasta más de una bebida energizante al día.

Lo que ellos probablemente desconocen son los efectos negativos a corto y mediano plazo que provoca el consumo de estas dosis energéticas para el organismo.

La nutricionista Guadalupe Argueta, del Centro de Nutrición Nutrition Works, afirma que “un creciente número de bebidas energizantes contienen una gran cantidad de azúcar, cafeína y taurina en su composición, además de una variedad de hierbas que no siempre están libres de riesgo para la salud”.

“La cantidad de cafeína en estas bebidas es mayor a la contenida en 1 taza de café llegando a contener de 75 a 400mg de cafeína por 1 lata, esto puede causar insomnio y ansiedad. La dosis considerada como segura al día para adultos es de 400mg, según la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de Estados unidos), dosis de 1 gramo o más pueden llevar a toxicidad”, agrega.

Perfil de los clientes

La mayoría de los consumidores de estas bebidas se encuentran entre los 11 y 25 años, quienes en la búsqueda de elevar la adrenalina ingieren productos sin conocer sus posibles daños. Entre los efectos secundarios de las bebidas energizantes, a corto y largo plazo, están agitación, inquietud, hipertensión arterial, taquicardia, enrojecimiento de la cara, dilatación de las pupilas, dolor de cabeza, nerviosismo, y en algunos casos náuseas y vómito.

Estos efectos pueden presentarse incluso de dos a ocho horas después de su consumo.

“Los médicos y nutricionistas recomendamos que no se consuman estas bebidas por ningún motivo, pero lamentablemente en países latinoamericanos no existen restricciones para su venta en cualquier tienda. En Francia y Noruega solo se pueden comprar en farmacias con receta médica y en otros países como Dinamarca y Uruguay está prohibida su venta”, dice la especialista en nutrición.

“No hay justificación para utilizarlas, ni desde el punto de vista nutricional ni como rehidratante, no hay evidencia científica de que sean benéficas y si existe mucha evidencia de que son perjudiciales por sus efectos secundarios”, advierte Argueta.

Movimiento gubernamental

Debido a los riesgos de las bebidas energéticas algunos gobiernos han comenzado a intentar controlar su comercialización. En 2012 autoridades de Nueva York comenzaron a investigar a tres de las principales marcas por sospechas de que la publicidad miente sobre los ingredientes de dichas bebidas.

Las bebidas energéticas son uno de los productos de más rápido crecimiento del sector de las bebidas, con un aumento de las ventas del 16 % el año pasado hasta los 8,900 millones de dólares, según datos recogidos por el periódico The Wall Street Journal.

La industria de los refrescos en EE.UU. factura 74,000 millones de dólares al año pero está perdiendo volumen desde 2005, a favor de otras alternativas como el agua embotellada, que representó en 2010 el 11 % en el consumo total de bebidas.

Según recoge la revista estadounidense Consumer Reports, las bebidas energéticas no siempre recogen cuánta cafeína contienen, y cuando aparece la cantidad en la etiqueta no siempre es precisa.

Según un estudio difundido esta semana por la publicación, 11 de las 27 bebidas energéticas más vendidas en Estados Unidos no especifican la cantidad de cafeína que contienen.

De las 16 bebidas que sí especificaron una cantidad de cafeína, cinco tenían más por ración que la que aparecía y la cantidad media era superior en más de un 20 por ciento a lo que decía la etiqueta.

El estudio llega después de que se conocieron que los reguladores sanitarios de Estados Unidos están investigando cinco muertes que podrían estar asociadas a la bebida Monster Energy de Monster Beverage Corp.

Al mismo tiempo, Monster, fabricante de la bebida energética más vendida en Estados Unidos, ha sido demandada por la familia de una niña de 14 años con una dolencia cardiaca que murió tras tomar dos bebidas Monster Energy en un periodo de 24 horas.

La demanda y las informaciones de otras muertes podrían hacer aumentar las dudas de los críticos, incluidos senadores y el fiscal general de Nueva York, sobre la seguridad de estas bebidas y la forma en que se comercializan.

Además de que las compañías no quieran dar sus recetas secretas, Consumer Reports dijo que había otra razón para que algunas etiquetas no muestren los niveles exactos de cafeína.

“No hay requisitos comerciales o legales para hacerlo”, dijo un responsable de Monster Beverage a Consumer Reports. “Nuestros productos son completamente seguros, y los números no son significativos para la mayoría de los consumidores”.

Rusia también ha comenzado a analizar

Un grupo de diputados presentaron a principios de marzo un proyecto de ley para prohibir la producción y venta de bebidas energéticas de baja graduación alcohólica y cafeína.

“Consideramos necesario prohibir la producción y venta de bebidas energéticas en cuya composición haya alcohol (entre 1.2 y 12 grados) y cafeína al tener en cuenta el daño que ocasionan a la salud de los jóvenes, que son sus principales consumidores”, explica el proyecto de ley.

Los efectos de la cafeína dependen de la sensibilidad de cada persona. La sensibilidad depende del peso corporal, la cantidad de cafeína que ingiere esa persona y la frecuencia del consumo, según el sitio www.youngwomenshealth.org.

Incremento en el país

En El Salvador también ha habido un aumento en el consumo de estas bebidas, aunque no existen estadísticas solo hace falta darse una vuelta por un supermercado o tiendas de las gasolineras para ver la oferta de cada vez más marcas con diseños que los vuelven atractivos especialmente para los adolescentes.

“Recientes estudios en adolescentes demostraron que los que ingieren cafeína tienen patrones de sueño irregulares. Los niños no piensan en las consecuencias, como por ejemplo un mal rendimiento escolar por la falta de un adecuado y reparador sueño”, destaca la nutricionista Guadalupe Argueta.

Algunos expertos proponen llamarlas bebidas estimulantes y no energizantes, pues no proporcionan solo energía, sino que estimulan el sistema nervioso central y el sistema circulatorio como si fueran medicamentos.

“En general no se recomienda que sean consumidas por menores de edad, por mujeres embarazadas o que estén amamantando; que no se mezclen con bebidas alcohólicas y que no se excedan en la cantidad consumida”, advierte la especialista salvadoreña.

Algunos expertos consideran que su uso es una puerta de entrada al uso de las drogas y el alcohol.

“Como padres es necesario enseñarles a nuestros adolescentes que los alimentos regulares les darán una energía más permanente que cualquier bebida llamada energizante, que dan una ilusión de tener energía, pues son picos de energía no estables que pueden traer consecuencias al estado de salud y anímico”, concluye la nutricionista.