Tras los pasos de Abraham Lincoln

La joven salvadoreña Ana Lucía Figueroa ha trabajado en la producción de la película candidata al premio ??scar y en la serie "Killing Lincoln" de National Geographic. Su sueño es escribir guiones y filmar sus propios sueños

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elsalvador.com

Por Carmen Tamacas Corresponsal en Nueva York escena@eldiariodehoy.com

2013-02-23 7:00:00

Apenas era su segundo día de trabajo. Ana Lucía Figueroa había sido llamada para realizar una pasantía estudiantil en la decoración de los sets de la película “Lincoln” y su primer contacto con el proceso de filmación de Steven Spielberg fue precisamente La Casa Blanca, creada a imagen y semejanza de los registros históricos del siglo XIX.

“Me llevaron dentro del escenario y me impresionó lo grande que era… en la Universidad habíamos hecho escenarios pequeños y no se le comparaban. Era una réplica exacta de La Casa Blanca de esa época, me sentí como transportada a otra época”, cuenta esta joven salvadoreña que da sus primeros pasos en el mundo de la producción cinematográfica.

Ana Lucía nació en El Salvador en 1989, en el seno de una familia donde se aprecian las humanidades y las artes en sus distintas manifestaciones: su madre Cecilia Medina Figueroa fue periodista y creó el sitio web Queondas.com –ganador de la 1ª. Arroba de Oro que otorga elsalvador.com-; su padre Óscar Figueroa, arquitecto, y su hermano menor, Alejandro, se inclinan por el dibujo y la pintura y entre sus tíos maternos figuran la cantante de música sacra Inés de Viaud y el fotógrafo internacional Bernardo Medina.

“(Con la familia) siempre platicamos de algo artístico. Mi papá me enseñaba películas de los años 70 y 80 que yo sola nunca hubiera encontrado, todos han contribuido en algo (en mi vida) por su experiencia. Uno se siente más relajado cuando las personas que lo rodean entienden la razón y el porqué de lo que se hace”, explicó.

La familia emigró a Miami, Florida, en 1994, y 10 años después se mudó a Charlotte, Carolina del Norte. Sin embargo, la universidad local le impedía realizar su sueño de estudiar cine. Por ello tomaron la difícil decisión de dejar que volara en pos de su sueño y comenzó su carrera en la Virginia Commonwealth University (VCU), en Richmond, para obtener una licenciatura en cine (Film Bachelor in Cinema).

Pasión presidencial

El equipo de producción del laureado director y productor Steven Spielberg (“E.T.”, “La lista de Schlindler”, “Salvando al soldado Ryan”), se comunicó a finales de septiembre de 2011 con la escuela de cine de VCU para solicitar estudiantes aventajados que pudieran realizar pasantías para la filmación de “Lincoln”. La cinta es una de las favoritas para arrasar en la presente edición de los premios Óscar, con 12 nominaciones, entre ellas la de Mejor película, Mejor director, Mejor actor principal (Daniel Day-Lewis, como el presidente Abraham Lincoln), Mejor actriz secundaria (Sally Field, como Mary Todd Lincoln) y Mejor actor secundario (Tommy Lee Jones, como Thaddeus Stevens).

Está ambientada en 1865 y narra el conflicto del entonces presidente respecto a la prohibición de la esclavitud de los afroamericanos o lograr el fin de la Guerra Civil.

La Universidad mandó un listado y los encargados de la producción hicieron un proceso de selección. La coordinadora de decoración de los sets (Departamento de Arte) llamó a Ana Lucía dos semanas después y fue así como se integró al equipo de trabajo, cuyo centro de operaciones fue una antigua fábrica ubicada en el área rural, a 15 minutos del centro de Richmond.

El departamento se encargó, especialmente, de recrear los escenarios de La Casa Blanca, el Palco Presidencial, la cocina y el cuarto donde murió el 16º Presidente de los Estados Unidos.

La jefa de la unidad, Christina Garnett, ha sido para Ana Lucía, “la mejor profesora”. De la mano de ella conoció el intrincado proceso de la producción cinematográfica; por ejemplo la adquisición o elaboración de los detalles de los muebles y los objetos que forman parte de una escena. “Hasta la pintura de una pared lleva un proceso minucioso de investigación, en este caso histórica, y de los materiales a usar”, contó.

Fue precisamente Garnett quien llevó a la joven salvadoreña a dar un salto profesional: para la serie “Killing Lincoln” -cuyo debut en National Geographic rompió récord de audiencia- y en la que ella participa como coordinadora de producción, Ana Lucía fue contratada como asistente de planta.

Sobre ambas producciones, la joven salvadoreña cree que “son muy únicas” de lo que normalmente es presentado sobre Abraham Lincoln.

“Sabemos que mejoró al país en su lucha para abolir la esclavitud, pero lo que vemos en las dos películas no es tan unidimensional. Lo interesante de la producción de Spielberg es que nos muestra la pura política detrás de su legado y el punto al que el Presidente y sus seguidores estaban dispuestos a llegar a fin de alcanzar esa ambición y terminar la guerra civil estadounidense. Vemos un hombre que tomó muchos riesgos personales y emocionales, y quien puso una gran presión sobre sí mismo igual que sobre su círculo íntimo”.

Opina que las mismas características se encuentran en “Killing Lincoln” aunque la historia realizada en esa producción no es la del Presidente, sino la de su asesino, de quien la mayoría del público sabe casi nada. “Aunque equivocado, él también cambió el curso de la historia estadounidense y era extremadamente apasionado. Para entender la mentalidad del país entero durante su guerra civil, creo que necesitamos poder examinar esos dos puntos de vista. Para mí, poder ver los pasos y la verdadera complejidad de la historia de los dos hombres los humanizó. Lincoln era un líder muy adelantado para su época”.

El futuro

Toda esta experiencia estudiantil y laboral, para Ana Lucía significa un gran sacrificio. En primer lugar porque las jornadas laborales son pesadas, a veces entre 12 y 16 horas, y, segundo, por estar separada de su familia. “Ha sido muy difícil porque llegué a Richmond sin conocer a nadie… soy penosa y callada. Trato de reunirme con mi familia ya sea en Charlotte o en Florida porque me siento un poco sola. Trabajando no se siente tanto, pero en el tiempo libre sí”, confesó.

Su madre, Cecilia, lo confirma resignada: “Uno tiene que volar, y es parte del proceso de crecimiento personal. Ella quiere irse a California, donde está la acción… es su sueño que está forjando solita”. “Es un orgullo, expresó, “verla abriendo su camino paso a paso, porque no estamos físicamente con ella”.

Pero la ganancia en términos profesionales, les satisface.

Respecto a la producción cinematográfica, Ana Lucía estima que el principal desafío es “realizar algo con el cual una audiencia se sentirá conectada. El reto es seguir al director y combinar la creatividad y las ideas de todo el equipo y transformarlo en un solo producto”.

Hay ideas, añade, que llegan a un proyecto, pero todo debe estar en armonía, lo cual no es fácil ni sencillo. “Cuando se comienza, el proyecto tiene partes diferentes: arte, sonido, cámaras… al filmar todo se empieza a ver unido… eso es lo mejor”, expresó.

Desde pequeña le ha gustado leer mucho, especialmente obras de teatro, por lo cual se le facilita escribir guiones para hacer realidad sus historias. Y no descarta llevar a cabo algunos de sus proyectos en El Salvador: “Quisiera hacer la historia de un papá que trata de rescatar a su hijo secuestrado por las maras…”, puntualiza.