Al Pacino: “A veces estoy tentado a decir ‘¿Por qué estoy haciendo esto?”

El galardonado actor regresa a sus orígenes cómicos con la película "Stand Up Guys", donde interpreta a un exmafioso

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elsalvador.com

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2013-02-06 12:00:00

NUEVA YORK. Al Pacino se emociona al hablar de actuación. El actor de 72 años quizá tenga el pelo cano y se vea algo viejo, pero sigue igual que un bailarín con los pies listos para entrar en la pista y enamorado de la “locura, locura, locura” que es actuar: “Uno siempre busca lo que le llena, lo que llena el espíritu y te hace avanzar”.

Pacino sigue avanzando pero el asunto del tiempo, lo que se necesita para encontrar un personaje (a veces se necesitan años, según dice) y cómo define el tiempo los papeles que elige ahora, ocupó gran parte de una entrevista reciente con el actor en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York.

“A veces estoy tentado a decir ‘¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué sigo haciendo esto?'”, dijo. “Luego, después de que lo he dejado de hacer un tiempo, digo: ‘Ahora sé por qué lo sigo haciendo’. Si de repente decidiera que ya no lo quiero hacer eso también está bien, seguramente volvería a ser un acomodador en un teatro”.

Si Pacino siente algo de añoranza por sus comienzos como un actor del Bronx que tocaba las puertas de los teatros y cafés de Nueva York de la década de 1960, es en parte porque su trabajo reciente refleja sus comienzos. Pocos saben que Pacino era un comediante. Ahora bromea que aunque hizo una película con Robin Williams (“Insomnia”), “no supo que en verdad yo quería ser como él”.

Pacino, quien es de por sí gracioso, ha dejado entrever esto un poco. Ahora, tras una carrera famosa por sus papeles de mafioso, ladrones y villanos shakesperianos, Pacino ha estado ejercitando sus habilidades cómicas.

Tras terminar una reposición en Broadway de “Glengarry Glen Ross” en la que hizo reír al público con su interpretación del exagerado vendedor Shelley, Pacino protagoniza la comedia de crimen “Stand Up Guys” (“Tres tipos duros”).

En la cinta Pacino interpreta al exmafioso Val, quien sale de prisión tras 28 años y va a celebrar con su viejo amigo Doc (Christopher Walken), quien sabe que su jefe quiere matar a Val al amanecer. Su amigo Richard (Alan Arkin) se une a la fiesta.

Como lo demostró en “Perfume de mujer”, Pacino es una buena compañía para una última celebración. Parte de su atractivo es su gusto por la vida. Ya sea disparando una pistola (“Scarface”), buscando una historia (“The Insider”) o animando a una multitud en una protesta (“Dog Day Afternoon”), Pacino es el gran agitador en las películas estadounidenses.

Walken solo había trabajado una vez con Pacino (aunque fue en escenas separadas en ¡la película de Ben Affleck y su exnovia Jennifer López “Gigli”!), pero han sido amigos por años y cuando leían el guion juntos decidieron cambiar de papeles en “Stand Up Guys”.

Es irónico que el mayor logro de un actor famoso por su grandeza (a pesar de ser bajito de estatura) fue una actuación muy auto-controlada: Michael Corleone. Los vestigios de esa actuación – la maduración de un déspota frío en las películas de “El Padrino” –dejaron una marca en Pacino, quien a pesar de tener unos 32 años en ese entonces, solo había hecho dos películas antes.

“Ese personaje era tan exigente”, dijo Pacino. “En parte era por su control, por lo que se requiere con ese estilo. Las entrañas del personaje, por lo que pasa su psique. Retratar eso probablemente me afectó de alguna manera”.

Aunque el compañero de reparto de Pacino en el “Padrino II” y su contraparte en el cine, Robert De Niro, se ha enfocado en la comedia últimamente, Pacino lo ha hecho más esporádicamente. Su trabajo más notable en los últimos años fue interpretar a Shylock en la aclamada producción de 2010 de “El mercader de Venecia” y un papel ganador del Emmy como el doctor Jack Kevorkian en la cinta de HBO “You Don’t Know Jack”. (En marzo Pacino regresará a HBO con una película biográfica en el papel del productor musical Phil Spector).

“Lo que me pasó en la vida es que comencé a acostumbrarme a otras cosas fuera de hacer algo divertido o contar chistes, y comencé a entrar en lo que es la dramaturgia y lo que dicen los dramaturgos y en pensar que la obra lo es todo, como dice Hamlet”, dijo Pacino. “Por eso me quedé en esta profesión, porque me enamoré del teatro, ya sea comedia o tragedia… Me volví algo serio”. —AP