Es la última locura entre los jóvenes ingleses y norteamericanos. La bebida les entra por los ojos, y no es una metáfora. Se separan bien los párpados, se colocan la botella de vodka en los ojos y la vuelcan. El alcohol entra en contacto directo con la retina, lo que provoca lo que llaman un “subidón” inmediato. Los efectos del alcohol se duplican en intensidad y rapidez, pero también sufren un intenso dolor y escozor.
Una práctica salvaje, a modo de chupito o directamente de la botella, que ya tiene nombre, el “eyeballing” y que nació en las fiestas Universitarias del Reino Unido. Cada día más jóvenes deciden cogerse de esta forma un ‘ciego’. Lo que no saben es que de verdad pueden quedarse ciegos. Ya se han dado los primeros casos de problemas oculares en inglaterra.
Los médicos refieren que los daños pueden ser en algunos casos irreversibles porque el alcohol quema la córnea del ojo por lo que puede provocar desde una simple inflamación, infecciones y hasta la pérdida de la vista.
La opinión de algunos expertos