Sus 11 años, Kelly Nicolle Martínez Reyes se puede considerar toda una consagrada en el taekwondo infantil. Lo avalan la cantidad de medallas y trofeo que, orgullosa, exhibe en su palmarés. Los ha logrado en katas y combates, en torneos estudiantiles, interclubes y presentaciones especiales.
A los 6 años, Kelly, hija de una pareja de vendedores del Centro Histórico de San Salvador, ingresó a la escuela Dragones TKD, que funciona en un desvencijado edificio cercano al Teatro Nacional.
Allí, bajo la tutela de sus maestros, los cinturones negro Gloria Josefina Chicas y Henry Alexis Ochoa, fue escalando grados, hasta el cinturón verde, que ostenta actualmente.
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Sin embargo, no solo es deporte. La pequeña combina su pasión con el estudio, pero con la condición de que debe mantener un buen nivel académico para conseguir el permiso para entrenar y participar en torneos.
Es tal el talento de Kelly, que fue invitada a entrenar en la Villa Centroamericana, la sede de la Federación de Taekwondo. Hasta allá, en Ayutuxtepeque, viaja las tardes de los martes y jueves, acompañada por su abuelo, Jesús Martínez Chávez, a practicar.
El orgulloso abuelo le ve un buen futuro en el deporte a su nieta, quien tiene como la meta más próxima participar en los XX Juegos Estudiantiles Codicader 2017, a celebrarse en Nicaragua o Belice. Para ello, el entrenador Roberto López la está sometiendo a un entreno más fuerte para mejorar la condición física y la masa muscular.
Junto a don Jesús, la más entusiasmada es Reina de La Paz Reyes, la abuela, por eso se “sacrifican” para ayudarle a la niña a cumplir con sus obligaciones estudiantiles y deportivas.
En un ambiente etiquetado de peligroso, como el Centro Histórico capitalino, muchos padres y sus hijos optan por el entretenimiento sano y el deporte para ir superando el día a día. Un ejemplo es Kelly que, orgullosa, levanta sus trofeos, premio a su esfuerzo.