Corazón azul, de Australia a Tahití

El fútbol, o mejor dicho sus hinchas, suelen ofrecer historias increíbles de fidelidad con un equipo. Esta es una de ellas. Una que tiene que ver con Australia, con Tahití, pero sobretodo con el corazón azul playero

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Salvadoreños de corazón en Tahití. Foto: EDH / René Contreras

Por Gustavo Flores / Twitter: @Gusflores21 [ENVIADO ESPECIAL A PAPEETE, TAHIT??]

2013-09-21 2:50:53

Luis Alfaro se fue de San Salvador a Melbourne cuando tenía 16 años. Hoy lleva 22 años viviendo en Oceanía y es microbiólogo. Manuel López emigró a los 18 hacia Camberra. Hoy, con 20 años en ese lugar, es gerente de un banco. Ambos se conocieron anoche… en Papeete. Y gracias a un Mundial de fútbol playa.

“Cuando se clasificó la Selecta de playa en Bahamas fue un domingo, lunes en Australia. Lo recuerdo muy bien. En ese mismo momento, con amigos que tengo en agencias de viaje, me puse a buscar las mejores opciones para poder estar en este Mundial”, cuenta Luis. “Yo dije sí, esta vez voy al Mundial a ver a mi playera. Esta es una Selección que da amor, no como la otra. Esto es un sentimiento”, agrega Manuel, quien no está solo. Llegó a esta isla acompañado de su novia australiana Vanessa. No podía ser de otra manera, ella también se pasea con la camiseta azul y con su acento cantado se las arregla para gritar “Viva la Selecta”.

EDH fue testigo del encuentro casual en un restaurante de la zona céntrica de la ciudad. Allí, dos salvadoreños con dos décadas de vivir en Australia, se unieron por la pasión azul. A miles de kilómetros de sus lugares de nacimiento y otros miles de su país de residencia. “No lo puedo creer. Esta es la magia del fútbol”, dice Manuel. Y Luis comparte: “Es lo lindo de querer tanto a una selección como esta. Yo pensé que era el único ‘loco’ que se venía desde Australia”

Y hablaron, por supuesto, del partido. Para Luis, la primera derrota no hizo mella en su ánimo. “Todos sabemos lo que este equipo es capaz de dar. Ellos no se entregan nunca y por eso estamos felices de estar aquí”. Y Manuel asiente: “Ellos se pueden levantar, ya lo han hecho”. Siempre con la playera.

Manuel también sorprende con un dato. Se declara fiel oyente de “El Desempate” el programa deportivo de EDH en Radio 102nueve. “Nunca me los pierdo. Por el cambio de horario y después del trabajo, busco el podcast y lo escucho completo”, afirma. Y, como una muestra de fidelidad al programa, agrega: “Son los peores”, y suelta enseguida la carcajada. Un guiño que certifica lo que afirma.

Luis y Manuel. El microbiólogo y el gerente. Salvadoreños de pura cepa, que por distintos motivos echaron raices en la lejana australia. Y jamás perdieron su amor a El Salvador. Ambos se prometieron ver a una Selecta en un Mundial. Y lo cumplieron, a pesar de la distancia y las complicaciones. El corazón azul pudo más que eso.