El mercado de pases de El Salvador está convulsionado. Quizás como pocas veces se vio apenas después de terminado un torneo. Un par de días pasaron de la histórica victoria de Santa Tecla en la final ante un alicaído Alianza, cuando los albos quisieron devolver el golpe fuera de la cancha.
Primero con un comunicado de dudoso contenido ético contra los propios jugadores y luego anunciando fichajes muy fuertes para el medio local, sobre todo el de Henry Romero, el capitán y referente de uno de sus máximos rivales, el Águila.
A la llegada del “Catrachito” a los albos, se sumaron, no exentos de polémicas, los hoy excaleros Marvin Monterrosa, Rudy Clavel y Narciso Orellana, el campeón con Tecla Iván Mancía, los exfasistas “Polaco” Marroquín y Jonathan Jiménez, y ayer el portero Fidel Mondragón.
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La polémica llegó con Metapán. Al enterarse por redes sociales de las incorporaciones albas, el dirigente calero Roberto Campos, puso el grito en el cielo. Habló de la posibilidad de sanciones (“Clavel y Monterrosa tienen contrato con Metapán. De esta situación puede venir un castigo y dos novelas, cuando lo correcto es hablar”, escribió en Twitter) y hasta le tiró munición gruesa a los jugadores (“Interesante saber si las fotos las hicieron antes del último partido de la semifinal. Sus excompañeros preguntan”).
La semifinal calera fue justamente contra el equipo donde empezarán a jugar estos tres refuerzos y de ahí las “sospechas” del dirigente. Se sumaron a la polémica los jugadores Paolo Suárez (“Ahora se entienden algunas cosas que pasaron últimamente”) y Tony Rugamas (“negociar antes de tiempo, nada cuesta esperar que todo termine”).
No fue al único equipo que le generó ruido las incorporaciones aliancistas. También Santa Tecla hizo su reclamo a un jugador que fue titular en la final del Cuscatlán. “Lo lamentable que Iván Mancía no fue sincero con nosotros, no fue claro. Los jugadores pueden negociar, lo entendemos, pero faltó un poco de ética”, explicó el dirigente Guillermo Figueroa en el programa Fanáticos.
Sin embargo, hay algo que está claro: muchos jugadores del medio local quieren jugar en Alianza, porque es el único equipo que cumple con sus responsabilidades salariales. En realidad, lo que debería ser normal entre los equipos de Primera División, se transforma en excepción. Y de ahí el deseo lógico de los jugadores de cobrar puntualmente por su trabajo. Ni más ni menos que lo que pretende cualquier trabajador.
Del otro lado del mostrador aparecen los otros grandes, buscando reducir el impacto aliancista: FAS sumó al talentoso William Maldonado y apuesta por el futuro del Seleccionado sub-20, Walter Chigüila. Y Águila ya cuenta en sus filas con la figura del descendido UES, el Inter Sánchez, y el goleador del Pasaquina, Javier Lezcano, una de las revelaciones del torneo pasado.
Firpo suma al aguerrido volante Álvaro Lizama y al portero Vega, en tanto que Dragón se hizo con los servicios del delantero Rommel Mejía y Limeño busca mejorar su performances con Daniel Moreno y Andrés Brítez… Y esto recién empieza.
Directivos de Tecla consultados, dicen que están trabajando en silencio y tranquilos. Quizás sea una de las claves de su éxito… En río revuelto, ganancia de…