La luz creativa de estudiantes de El Salvador ha brillado con luz propia en eventos internacionales de robótica recientes, fruto del esfuerzo de jóvenes del Colegio Anglo Americano y la guía del ingeniero Saúl Rivas. Como creador de este programa en la institución educativa, Rivas ve con satisfacción que estos seis estudiantes se codean con países referentes en esta área.
Como prueba de ello, una centrifugadora robótica, creada por estudiantes de 2o. año, ganó medalla de oro en agosto pasado en un evento internacional de Japón; y el 23 de septiembre pasado, les informaron que dicha centrifugadora está entre los 70 finalistas en la Competencia de Innovación Rumania 2023, elegida entre 432 proyectos de 15 países.
Así como la centrifugadora, este equipo de jóvenes creó una prótesis robótica para niños o niñas que no tengan un brazo (ganó oro en Japón, en agosto); una unidad para medir PH y un innovador sistema para ascender barcos, el cual incluso podrán mostrar en una próxima competición internacional, que será justamente en el país del canal.
“La WRO (Olimpiada Mundial de Robótica) se hace una vez al año, en todo el mundo. De ahí salen los primeros lugares que salen a representar al país. Cada año cambia la temática, la de este fue la automatización y movilización en el canal”, de Panamá, dijo Rivas.
Cuando se desarrolle la WRO, incluso habrá empresas interesadas en observar los novedosos proyectos; entre ellos estará el creado en el Colegio Anglo Americano.
Preparación y docencia
Rivas es ingeniero en sistemas y obtuvo en 2010 una maestría en robótica educativa en Noruega, en la escuela de la compañía Lego, esos bloques mágicos que explotan la creatividad de quien los use.
En 2018, Rivas creó el programa de robótica en el Anglo Americano, dispuesto a guiar a jóvenes con interés en “aprender jugando”.
Para el ingeniero, una de las claves para que sus proyectos hayan tenido éxito a nivel internacional es que “siempre nos hemos enfocado en crear prototipos que ayuden a la sociedad, eso es un plus de los robots que fabricamos. Eso es el plus que nos hace ganar”.
Por ejemplo, Sebastián Santos contó que cuando hicieron la prótesis robótica, “la probamos con un niño y resultó bien, estábamos en un entorno donde había más niños que no tenían esa discapacidad; y lo miraban como un superhéroe. Fue bonito ver cómo él se lograba adaptar, sin ser discriminado al no tener un miembro de su cuerpo”.
Andrea Raquel comentó que “la robótica es una herramienta para cambiar el mundo, en diferentes áreas. En otros proyectos nos hemos enfocado más en la educación, sobre todo para llamar la atención de los niños, porque estamos usando legos; pero con el proyecto de extensor de botes podemos hacer un cambio en el mundo, en este caso en el canal de Panamá. Es una experiencia que agradezco al colegio”.
Y vienen más retos: para 2024, el profesor Rivas dijo que ya tienen en carpeta una creadora de piel artificial y un centro biomédico, para hacer pruebas de covid automáticamente, sin exponer a la persona que toma la muestra.
Con la robótica como bandera, este equipo de estudiantes va por más éxito, de la mano de su creatividad y compromiso con la sociedad.