Con todo lo que el gobierno de Bukele ha gastado en la compra de bitcoins se pudieron construir cuatro hospitales Rosales, declaró el pastor Mario Vega, líder de la Misión Cristiana Elim, al hacer un balance del año desde el punto de vista cristiano evangélico.
Durante una entrevista con Radio Restauración, la estación oficial de Elim, el pastor Vega dijo que cada bitcoin cuesta 16,000 dólares y se calcula que El Salvador ha tenido una pérdida de 400 millones de dólares con el gasto que ha hecho el gobierno con esta criptomoneda devaluada y “por haber apostado por algo tan inestable”.
“Con esos 400 millones de dólares hubieran podido construir cuatro hospitales Rosales”, subrayó refiriéndose al principal centro asistencial público del país, cuya construcción ahora paralizada se calculaba en $80 millones al inicio.
“Con $400 millones se pudo haber construir un nuevo hospital en Santa Ana, uno en San Salvador y otro en San Miguel y todavía quedaría para un cuarto en Usulután o Chalatenango”
Mario Vega, pastor
La construcción del Hospital Rosales tiene cuatro años de estar paralizada, lo cual contrasta con la construcción en tiempo récord de un hospital para mascotas, han cuestionado analistas y especialistas del sector salud.
“Fue una medida desacertada y somos los salvadoreños quienes tendremos que pagarlo, porque pensamos no es dinero de nadie y simplemente se perdió, pero hay que pagarlo”, explicó Vega.
El pastor explicó que estos dineros se pagan con base en la inflación y citó un pensamiento de un estadounidense que dijo: “La inflación es el precio de los gastos del gobierno que pensabas que eran gratis”.
“Todo aquello que pensamos que el gobierno nos regala, o estos dineros que desaparecen, uno piensa que es gratis o que me los están regalando, pero no. Te lo van a cobrar en inflación y ahora tenemos la más alta inflación desde 1992”, agregó.
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“Este es el precio que se tiene que pagar, y en la medida que se sigan tomando decisiones desacertadas, los niveles de inflación van a seguir subiendo y lo vemos cuando compramos aceite, tomates, huevos, pagamos las tarifas eléctricas…”, afirmó.
El líder evangélico llamó a los salvadoreños a tomar en cuenta estos aspectos y que estén enterados de quién está manejando su dinero, en qué lo está empleando, qué se compró, y por eso es importante garantizar el acceso de la población a la información pública, “porque somos nosotros quienes vamos a tener que pagarlo por las siguientes décadas”.
A la pregunta sobre el discurso del gobierno que llama a tener confianza en una futura recuperación del bitcoin y que la economía del país va a despegar, el pastor Vega dijo que la ciudadanía tiene una “fe ciega” en lo que le dicen, pero recordó que la Biblia llama a tener reservas sobre lo que las autoridades nos dicen y no cumplen.
En este punto recordó que el presidente Bukele prometió que eliminaría la “partida secreta” de gastos, “pero lo que hizo fue hacer secretas todas las partidas” y ahora no hay manera de saber qué se hace con ese dinero porque en muchos casos se han cerrado los accesos hasta por siete años.
“Cuando ve alguna información que ellos mismos sueltan, nos damos cuenta de que la forma en la que están manejando el dinero es calamitosa”
Mario Vega, pastor
Este punto lo consideró “peligroso” porque “le piden a la gente que crea y la gente cree y eso es muy peligroso”, lo cual linda con “la idolatría” y también con la tendencia de muchos a no escuchar a quienes realmente conocen de una materia y luego “chocan con la pared de la realidad”.
En este punto citó el caso de las personas que apostaron todo su dinero a la compra de bitcoin y ahora vale 60 por ciento menos. “Algunos podrán pensar que el bitcoin se recuperará, pero todo indica lo contrario”, agregó.
“En Europa ningún país va a minar bitcoins porque ya no es rentable”, afirmó basándose en noticias internacionales y recordó que al menos dos compañías han caído y sus ejecutivos están siendo procesados.
El pastor Vega abogó por una reforma integral de pensiones, porque el tema de pensiones se ha usado electoralmente y esos fondos siempre han sido tomados por los sucesivos gobiernos para cubrir sus déficits.
A su juicio, no habría problema de que el gobierno tomara prestado de las pensiones siempre y cuando le pagara un interés acorde a las tasas de mercado, pero están pagando un interés “ridículo” del tres por ciento cuando los bancos lo tienen al cinco por ciento. “Se pierde rentabilidad y a la larga quien sale afectado es el cotizante porque va a tener una pensión menor”, explicó.