Al menos 19 comunidades en las orillas del lago de Coatepeque, en Santa Ana, siguen dependiendo de la extracción directa del agua para uso diario, a pesar de los riesgos sanitarios que implica su consumo directo.
Las promesas de llevar agua potable a la zona por parte de diferentes autoridades sigue sin materializarse. Mientras tanto, la población sigue usando el agua cargada, de cianobacterias y materiales pesados, para bañarse, lavar y en muchos casos para beber, ante la imposibilidad económica de adquirir agua embotellada.
Suscríbete para seguir leyendo
Obtén acceso a todo nuestro contenido exclusivo.Continuar leyendo
“El 95% de las comunidades está tomando agua del lago. La gente no tiene los $3.25 para comprar un garrafón. Es muy triste”, explicó Adilia López, representante comunal de ADESCOS Unidos.
Solo una comunidad cuenta con una planta potabilizadora recientemente donada por la Autoridad Salvadoreña del Agua (ASA), el resto trata de clorar el agua o usar pastillas purificadoras, pero no todas las comunidades pueden seguir estos procesos debido a la falta de recursos.
Laboratorio de la UES detecta cianobacterias tóxicas en el lago de Coatepeque
López también señaló que hace un año las instituciones instalaron tanques provisionales, pero el suministro es irregular y no cubre a todas las comunidades.
“ANDA está colaborando, pero no es en todas las comunidades. Los primeros días fueron bonitos porque colocaron seis o siete tanques y los abastecieron todos a diario, pero después ya se fueron mermando”, dijo López, argumentando que los tanques solo suplían la necesidad de la mitad de las comunidades con uno o dos viajes de agua como máximo.
Desde hace unos diez años los problemas para suministrar agua se intensifican durante los meses de febrero a marzo, debido a que en este periodo se ha observado el fenómeno de biomasa o acumulación de algas en la superficie del lago.
Previo a la temporada de lluvias una importante cantidad de algas que se encuentran en las partes más profundas del lago están subiendo, reproduciéndose y muriendo en las aguas superficiales.
Con este proceso el lago no solo pierde su atractivo visual, sino que complica la recolección para consumo humano. Las comunidades se han visto en la necesidad de asignar una persona encargada de encender las bombas extractoras de agua alrededor de la 1 de la madrugada, para que los hogares se abastezcan hasta las 8:00 am.
Después de las 8:00 am., los lugareños han observado que “el agua se pone tan tibia cómo usted no tiene idea, ahí empiezan a brotar las algas que se mueren y suelta el olor insoportable”, agregó.
Según los miembros de la comunidad las aguas del lago se encuentran más frescas por la madrugada y la cantidad de algas en la superficie es menor, así también pueden proteger los motores de las bombas, debido a que la acumulación de estos residuos las puede fundir.
“Cuando el problema es más serio, en algunas casas ponemos un colador o calcetín en los chorros, así recogemos una cantidad sorprendente de basura y el agua nos queda más limpita para usarla”, detalló López.
La estratificación de microalgas, especialmente durante los meses de calor, que tiñen el agua de color marrón, al finalizar su ciclo de vida generan un fuerte olor a putrefacción y dejan residuos de microalgas en las orillas.
“A veces cuando se abren los chorros se siente fuerte el olor”, explicó López, argumentando que “yo soy nativa del lago y nunca había visto eso, antes era normal que saliera un musguito verde, pero las algas han salido desde hace unos 10 años”.
Para los lugareños este fenómeno responde al calentamiento que experimentan las aguas del lago, pues aseguran que la construcción indiscriminada de negocios y proyectos residenciales en sus orillas implica la tala de árboles y tule, un tipo de junco que crece en la zona.
A través de un recorrido El Diario de Hoy por una de las pocas áreas de acceso público que sobreviven en el lago, identificada como “El Manguito”, se pudo corroborar cómo la vegetación en las orillas del lago se ha ido reduciendo, así como los residuos de algas que se acumularon en las orillas.
“Creo que se descontroló rotundamente el lago por las construcciones masivas que se dieron aquí en el lago. Si usted ve el lago está masivamente construido alrededor me refiero a las orillas, no solo a las faldas”, señaló la líder comunitaria.
Alejandro Villacorta, director ejecutivo de Fundación Coatepeque, detalló que el agua del lago se encuentra en constantes monitoreos para verificar su calidad.
“La calidad es regular, apta para actividades recreativas, pero no para el consumo humano”, afirmó.
Villacorta explicó que gran parte de la contaminación proviene de aguas grises descargadas por los hogares cercanos, sumado a los cambios ambientales y al uso descontrolado del recurso.
El fenómeno ambiental observado en las últimas semanas ha provocado afectaciones económicas como también sanitarias, bloqueando sistemas de bombeo comunitarios y alejando a los turistas, lo que impacta directamente en la economía local.
“Hay un proyecto para una planta de tratamiento de aguas negras y otro para proveer agua potable, pero aún no hay avances concretos”, agregó Villacorta.
La Fundación Coatepeque ha elaborado un plan de reforestación de las zonas aledañas a la cuenca del lago en la cual se pretende ayudar a recuperar el ecosistema acuático, para hacer esto posible es necesario que no solo sea la comunidad la involucrada sino también los propietarios de los negocios locales para poder restaurar la zona.
La campaña impulsada por la fundación busca que tanto residentes como negocios respeten las normativas ambientales.
Lugareños del lago de Coatepeque reclaman mejor servicio de agua
Proyectos insuficientes
Para los miembros de las comunidades que viven alrededor del lago las autoridades están actuando de forma “descoordinada” e incluso errónea al no socializar ninguno de sus proyectos.
Una fuente local que solicitó no ser identificada por temor a represalias señaló que las ADESCO convocaron al Ministerio de Medio Ambiente, la Autoridad Salvadoreña del Agua (ASA), las autoridades municipales, la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), entre otros para poder establecer una sola ruta de acción ante la problemática ambiental.
“Pero nadie vino”, señaló la fuente. Los miembros de la comunidad buscaban el respaldo de las autoridades para desarrollar proyectos que dieran una solución al problema de las algas, pero también solventar su necesidad de acceso al agua potable.
En la actualidad se están desarrollando trabajos de limpieza y extracción de las algas por parte de Oceánica, ASA y el Ministerio de Obras Públicas para retirar los residuos de algas; sin embargo, para la población, estas medidas siguen siendo insuficientes si no se traducen en acciones inmediatas.
Adilia López criticó que muchos de estos proyectos no son socializados con las comunidades. “Instalaron boyas, trajeron lanchas para recoger algas, pero no nos explican nada. Las decisiones se toman sin incluirnos”, reclamó.
El decreto ambiental impulsado por el Ministerio de Medio Ambiente y otras instituciones, que prohibía nuevas construcciones y regulaba el uso del lago, venció el pasado 7 de abril. Hasta el momento, no se ha informado si será renovado.
Ante la falta de respuesta, las comunidades temen que los avances logrados se pierdan y el deterioro ambiental continúe.
“Las autoridades se tiran la pelota entre ellas. Nosotros solo queremos soluciones reales y permanentes”, concluyó López.
MÁS SOBRE ESTE TEMA
KEYWORDS
Coatepeque Contaminación Contaminación Del Agua Contaminación Lago De Coatepeque Fundación Coatepeque Lago De Coatepeque Sucesos Ver Comentarios