Ubicada frente al parque Libertad, en la 4ª Calle Oriente y 6ª Avenida Sur, es una edificación que mide 24 metros de ancho, 80 metros de largo y en la clave (arco), 22 metros de alto. Foto EDH/Archivo 
En la actualidad se usa la capilla para celebrar la misa cuando la cantidad de los fieles es reducida.
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Camila Martínez Robiru, de Uruguay, visitó la iglesia El Rosario tras una escala de 7 horas en El Salvador. Camila es una artesana y forma parte del proyecto Amor Sudaka, un emprendimiento que fusiona la cultura de todos los países y la cerámica "Me parece una iglesia que no parece iglesia, sus vitrales, cómo entra la luz es bello, me eriza la piel", expresó. Foto EDH/Archivo 
Josué, junto a Kens Shutty, turista de Estados Unidos, visitaron la iglesia El Rosario. Kens expresó estar sorprendido de la infraestructura y la historia que guarda el templo. Foto EDH/Archivo 
El fraile Domingo Iturgaiz le encomendó al arquitecto y escultor Rubén Martínez, en 1962, la tarea de realizar los bocetos de una iglesia, por lo que el profesional se inspiró y tomó como base las enseñanzas litúrgicas del Concilio Vaticano II, que dicen que los templos deben ser idóneos para seguir las acciones litúrgicas y lograr la participación activa de los fieles. Luego de las 14 estaciones del viacrucis, esta escultura representa la resurrección del Señor.
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Entre sus paredes de concreto visto, la ordenada filtración, la sucesión de luces, las vidrieras y un estilizado vía crucis hecho a base de hierro negro sobre cemento y piedra pómez, atrae a los devotos que desean meditar y admirar la belleza artística de su interior.
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Los padres dominicos colocaron una placa negra en la entrada principal, al saber que el entonces presidente de la república Alfredo Cristiani visitaría la iglesia como parte del paquete de gestos reconciliadores de los Acuerdos de Paz entre la guerrilla y el gobierno en el año de 1991.
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En la iglesia también se encuentran los restos de José Matías Delgado en el centenario del primer grito de independencia de
Centroamérica. Padre de la Patria.
También hay otras lápidas en memoria de Josefa Aguilar Peralta, que murió en el
año de 1900 y Ángela Figueroa Lozano, fallecida en 1908.
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Acto con el que los frailes mostraban su empatía con los pobres y los oprimidos no pasó inadvertido para el Presidente que, según cuentan, tan pronto notó la lápida dio media vuelta y abandonó el templo sin que nunca más desde entonces la iglesia de El Rosario haya vuelto a recibir “visita oficial”.
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Imagen de la Virgen del Rosario, a quien está dedicado el templo religioso.
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Plaza de la Libertad vista desde la iglesia El Rosario.
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Premio Nacional de Cultura dejó como ganador al arquitecto y escultor Rubén Martínez, reconocido en el ámbito cultural salvadoreño como el creador de la icónica Iglesia El Rosario y otros monumentos.
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Situada enfrente de la Plaza Libertad en el centro de la capital, El Rosario se convirtió en un icono por su construcción con material en estado bruto. En los años setenta la iglesia fue uno de los lugares donde obreros, estudiantes y campesinos ocuparon para protestas.
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Los manifestantes lograron rescatar 21 cadáveres, algunos de mujeres embarazadas, jóvenes y adultos, y decidieron ir a la iglesia El Rosario para resguardarse.
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Entrada principal de iglesia el Rosario con 21 cruces de hierro colocadas encima del pórtico como parte de la protesta por la masacre. Foto tomada del libro "Aquí yacen" de ángel Arnaiz Quintana
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La represión de las fuerzas armadas hizo que los frailes dominicos abrieran las puertas de la iglesia El Rosario por lo que algunos pudieron salvarse. De la conmemoración de ese día nació una de las formaciones insurgentes más importantes conflicto armado, las Ligas Populares 28 de Febrero. Foto tomada del libro "Aquí yacen" de ángel Arnaiz Quintana
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Dos años después de fundarse el LP-28 convocaron a una masiva manifestación en el centro de San Salvador que terminaría en la muerte de 86 personas según testigos de la masacre, aunque algunos aseguran que fueron más ya que las fuerzas armadas hicieron lo posible por evitar el rescate de cuerpos, apresurándose a secuestrarlos, desaparecerlos y evitar la propaganda. Foto tomada del libro "Aquí yacen" de ángel Arnaiz Quintana
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La primera protesta popular contra el fraude electoral cometido contra la Unión Nacional Opositora y su candidato a la presidencia el Coronel Ernesto Claramount el 28 de febrero de 1977. El ejército abrió fuego contra la población civil, perpetrando una masacre que sigue aún pendientes de esclarecimiento. Foto tomada del libro "Aquí yacen" de ángel Arnaiz Quintana
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Después de cuatro días de encierro y ante el eminente estado de descomposición de los cuerpos y una amenaza por parte del ejército, los refugiados rompieron las losas del suelo con los pesados candelabros de hierro, abrieron un hueco y les dieron sepultura a los cuerpos en las instalaciones de la iglesia. Foto tomada del libro "Aquí yacen" de ángel Arnaiz Quintana
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Los casquillos todavía se mantienen en la puerta de la entrada principal de la iglesia.
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Ana Chávez Laínez trabaja en la iglesia El Rosario y recuerda cuando miembros del ejército dispararon a la iglesia.Foto EDH/Archivo 
En el altar de la capilla se observa LP-28, inscripción de la guerrilla, quienes se habían tomado la iglesia en 1979.
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Iglesia El Rosario, una joya arquitectónica en el Centro Histórico
La iglesia es una de las más antiguas, aunque la actual edificación fue construida entre 1964 a 1971, se convirtió en un ícono por su construcción con material en estado bruto.