La reciente captura de Gerardo N, exagente de tránsito de Cuautitlán Izcalli, ha reactivado la esperanza de justicia para la familia del actor Octavio Ocaña, fallecido en octubre de 2021 en circunstancias que aún generan controversia. El exuniformado, señalado como uno de los presuntos responsables del homicidio, fue localizado en la sierra de Veracruz, donde vivía oculto tras modificar su identidad y apariencia física.
Según información difundida por Infobae, la detención ocurrió mientras Gerardo N presuntamente acudía a recoger a su hija de una escuela. Para la familia del actor, en especial su padre, Octavio Pérez, la noticia fue impactante.
“Me quedé como en shock porque no lo creía”, confesó en entrevista con la periodista María Luisa Valdés Doria. “Ya cuando hablé con la fiscal del estado fue que me lo reafirmó, que lo habían agarrado”, dijo Pérez.
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#Detenido. La #FiscalíaEdoméx con la colaboración de la @FGE_Veracruz, detuvo en esa entidad federativa a Gerardo “N”, quien se desempeñaba como elemento de la Policía Municipal de Cuautitlán y es investigado por su probable intervención en el delito de homicidio en agravio de un… pic.twitter.com/CmQK0JaE8o
— Fiscalía Edoméx (@FiscaliaEdomex) May 27, 2025
El arresto representa un respiro emocional para Pérez, quien reconoció sentirse “más tranquilo” y con el alma “un poco más limpia”.
“Estas son cosas que te envenenan el alma, y ahí se va limpiando poco a poco”, reflexionó.
Con determinación, el padre del actor manifestó su intención de exigir la pena máxima para Gerardo N, así como para Leopoldo N, otro ex policía implicado.
“Lo que vamos a buscar es lo mismo que al otro: 25 años para arriba, para que no salga y se pudra en la cárcel”, sentenció.
La muerte de Octavio Ocaña ha estado envuelta en dudas desde el inicio. Un peritaje independiente encargado por su familia concluyó que el actor no manipuló un arma de fuego, y que el disparo mortal provino de una pistola de mayor calibre, mientras él estaba acostado en el pavimento. Esta versión contradice la narrativa oficial, que inicialmente apuntó a un suicidio accidental.
A lo largo de estos años, la familia no ha cesado en su lucha por esclarecer los hechos. Duplicaron la recompensa por la captura de Gerardo N, pasando de 300 mil a 600 mil pesos, y han mantenido constante presión social y legal. Con esta detención, esperan finalmente acercarse a la verdad y la justicia que tanto han buscado.
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