Luka Doncic y LeBron James volvieron a entenderse y Los Angeles Lakers recuperaron la ilusión la noche del martes por aspirar al título de campeones de la NBA al vencer a los Minnesota Timberwolves en el segundo asalto por 94-85 (1-1 en la serie).
Las estrellas del glamuroso club angelino demostraron de nuevo su sinergia en un partido en el que arrancaron con las pilas renovadas y dispuestos a resarcirse del amargo encuentro del pasado sábado, en el que perdieron por una diferencia de 22 puntos.
Un imparable Doncic (al borde del triple-doble con 31 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias) volvió a las andadas con un fabuloso primer cuarto en el que anotó 16 de los 34 puntos que lograron los Lakers (terceros en el Oeste) frente a los 15 tantos de los de Minesota (sextos).
Con la ventaja en mano y con el esloveno haciendo una demostración de fuerza, James tuvo el cóctel perfecto para resurgir en un partido en el que registró 21 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias, un cambio radical con respecto al anterior encuentro.
Su versatilidad le permitió volver a ser clave en varias jugadas: se mostró mucho más activo, logró compenetrarse con el equipo y activó la infalible fórmula de éxito que forma junto a Doncic.
En un partido que respiraba aires de remontada, Austin Reaves tampoco se quedó atrás con 16 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias.
Los Wolves, ni respirar tranquilos
A los Wolves les tocó sufrir la peor parte: los angelinos no dejaron ni respirar al rival, que se mantuvo en todo momento por debajo del marcador, sin posibilidad de remontar y llegando incluso a perder de 22 puntos en algunas ocasiones.
Los Lakers encajaron 117 puntos en el primer encuentro, pero en el segundo su defensa creció muchísimo y dejó a los Wolves en solo 85 puntos, lo que supone la menor anotación de Minesota en toda la temporada.
Tanto los Lakers (5 de 25) como los Wolves (6 de 29) sufrieron desde el perímetro. Especialmente notable fue la diferencia en el caso de Minesota, que en el primer partido había batido su récord de triples en el 'playoff' con 21 aciertos.
Aunque lograron recortar distancias en el último cuarto y trataron de no ponerlo fácil, ni siquiera sus mejores estrellas, Anthony Edwards, con sus 25 puntos 6 rebotes, y Julius Randle, quien se convirtió en el máximo anotador de los Wolves, con 27 puntos y 6 asistencias, lograron hacer frente a la maquinaria de los Lakers.
Y es que en la grada se entregó al máximo en la llamada de apoyo para revivir al club, entregándose a cada pelota que encestaba Doncic y gritando 'MVP' (jugador más valioso) cuando saltaba hacia la canasta.
Mientras el público animaba con fuerza, los Lakers no pararon de ofrecer el espectáculo que se esperaba y sumar puntos, llegando al descanso con 58-43 y con una media de tiro de campo de 55,6 % frente a 40,5 % del rival.
El tercer cuarto fue más agitado para el conjunto de J.J. Redick, pero consiguieron agrandar aún más su ventaja frente al rival colocándose 16 puntos por encima (81-65).
Poco margen de error dejó el último periodo en el que, pese a que los Wolves recortaron distancias y amenazaron con una remontada en el desenlace, no lograron darle la vuelta a un partido que había quedado escrito desde el salto inicial.
El Crypto.com Arena contó con la presencia de personalidades de Hollywood como Brenda Song y Macaulay Culkin, quienes recibieron una camiseta personalizada de los Lakers; o Jason Segel ('How I Met your Mother').
Los Lakers enfrentan el reto de mantener este espectacular ritmo en los siguientes dos encuentros que disputarán el próximo viernes y domingo en Mineápolis.
En la jornada del martes, además, los Thunder de Oklahoma City vencieron 118-99 a los Grizzlies de Memphis y pusieron la serie 2-0 a su favor, igual que los Pacers de Indiana, que derrotaron 123-115 a los Bucks de Milwaukee.
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