Dia de partido en el Cuscatlán, día de clásico en España. Antes de llegar al Monumental, era oportuno dar un vistazo por la tradicional zona Real donde muchos aficionados se congregan para ver al Barcelona y al Real Madrid. Algunos de los bares estaban llenos y se sabía que eso iba a perjudicar la asistencia en el duelo entre albos y periquitos, que terminó empatado con un triste cero a cero.
Llegar al estadio fue fácil, no hubo problemas para ingresar, aunque el número de personas en el Cuscatlán fue respetable, pero no el ideal. Los albos buscaban recuperar el liderato, con una victoria en este partido, pero esperado que Águila no ganara en Zacatecoluca. Santa Tecla era un equipo exigente, aunque no esté pasando por su mejor momento.
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Eduardo Lara, técnico de los paquidermos, presentó algunas novedades en su once inicial, como la de salir con los cuatro extranjeros desde un inicio: Mancilla, Palacios, Mercado y Murillo. Además, Alexander Larín apareció en la banda derecha. En el otro sector, Ernesto Corti se paró con un 4-1-4-1, atrasado, esperando a los paquidermos y contragolpeando.
Una cancha que se muestra recuperada, pero no en su mejor estado. Imposible para cualquier equipo jugar a ras de piso, pues la pelota rebota mucho. Hasta el árbitro, el mundialista Iván Barton, se vio afectado por uno de los hoyos de la cancha, lastimándose el tobillo (56’).
En el resumen del primer tiempo y en buen salvadoreño, Alianza no estaba ganando el partido porque no quería. Perdió dos opciones claras, la segunda más que la primera, después de una buena arremetida de Palacios, por la derecha, quien ganó línea de fondo, tocó para atrás, donde estaba Murillo, quien casi a puerta vacía, mandó por un costado (45’).
Los dos equipos estaban jugando con uno menos por la expulsión de Henry Romero, por los albos, y Luis Canales, por Tecla, luego de que los dos se golpearan intencionalmente. “Movete, Alianza movete. Movete y deja de joder…” fue la reacción de los aficionados capitalinos, luego de soltar algunos silbidos y abucheos, cuando el equipo se fue hacia el camerino hacia el descanso.
Los blancos habían propuesto, tenían mejor control de la pelota, pero no había tranquilidad a la hora del toque final, donde sumaron algunos disparos de media distancia para exigir al guardameta Joel Almeida. Para el segundo tiempo, el DT Corti realizó dos cambios, buscando una mejoría ofensiva, pero aunque ahora por momentos tenían una soltura, el dominio seguía siendo de los paquidermos, con las mejores aproximaciones.
Pero también poca la claridad que tenían los paquidermos, solamente un remate de Alexis Renderos, con una media vuelta, que terminó en las manos de Almeida (53’). Luego fueron los tiros de media distancia, el otro recurso con el que intentaron hacer daño.
Tecla tuvo una muy buena, cuando Landazuri se fue en solitario contra el meta Mario González, quien con el cuerpo tapó, la mejor de los periquitos en todo el partido (58’).
El duelo sufrió un bajón en la dinámica, que se volvió aburrido para los aficionados y de desesperación para los dos entrenadores, que por momentos perdían sus papeles, reaccionando con frustración con cualquier cosa que tenía en las manos.
Los aficionados exigían cambios en la cancha, más efusivos por parte de los locales, quienes se sentían más obligados a quedarse con los tres puntos, para evitar que los emplumados se distanciaran más con el liderato, pues se sabía que estaban derrotando a los viroleños.
Llegó Rodríguez, por el cafetero Murillo, a quien despidieron con abucheos. Más tarde se fue su compatriota Palacios, a quien también reprocharon.
En lo último del partido, los equipos tuvieron para sentenciar el partido. Burgos cerró un pase de Landazuri, solo, pero la mandó arriba (90’). En la siguiente jugada, un disparo cruzado de Larín pasó casi raspando el poste izquierdo de la meta de Almeida (90+1’). Al final todo quedo en eso, en quejas y en reclamos, pero los albos continuando con el invicto en el torneo.