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Increíble, de refugiada a estrella del fútbol y cirujana plástica
Nadia Nadim habla 11 idiomas, juega para la Selección de Dinamarca y se graduó de doctora tras reconstruir su vida como refugiada luego de huir de la guerra
Cuando Nadia Nadim era una niña (8 años), huyó con sus cinco hermanas y su madre de Afganistán luego que su padre, general del ejército, fuera asesinado por los talibanes. La familia logró llegar a Pakistán por medio de "coyotes", y de ahí, viajaron a Italia con pasaportes falsos para no correr con el mismo fin que el progenitor.
De Italia, partieron en un camión, escondidas, hasta llegar a Dinamarca, a donde comenzaron una nueva vida desde cero. "Ningún menor debería pasar por esto, pero así es la vida. En ese momento no podía hacer nada, aunque ahora me siento feliz por haber tenido una segunda oportunidad y haber superado ese trauma gracias a mi fuerza mental", contó a la agencia EFE.
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Antes de conseguir asilo formal en el país, estuvieron en un campo de refugiados, a donde Nadia comenzó a distraerse con el fútbol, que, eventualmente, se convirtió en su primera profesión.
El tiempo pasó, se convirtió en una tremenda jugadora y referente mundial, se nacionalizó danesa, ha competido en equipos de Estados Unidos, Dinamarca, Inglaterra y Francia, en cuadros como el PSG o el Manchester City.
Además, en 2009 fue la primera nacionalizada en jugar para Dinamarca con la Selección del país que le dio una segunda oportunidad. Ahora, tiene 34 años, está en el fin de su carrera profesional como futbolista, pero arranca con otra, la de doctora. Es graduada en medicina con especialidad en cirugía plástica y ¡habla 11 idiomas! Sí, 11.
"Soy una mezcla de dos culturas, de dos países, tengo a los dos en mí, lo reflejo en la manera en la que pienso. No soy 100 % afgana, ni 100 % danesa", cuenta la campeona del mundo con Dinamarca, quien es una de las mujeres más influyentes del mundo del deporte. Por ello, es imagen de empresas como Nike, Visa o Hugo Boss, es embajadora de la UNESCO desde donde se suma a las campañas en pro de la educación de las niñas y las mujeres.
"Todo lo que me ha pasado me ha convertido en una persona realmente muy fuerte. Lo que pasa es que a veces puede ser un poco molesto tener que luchar por todo. Pero así es la vida", contó.
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