Casi la mitad de EE. UU. aprueba a Bad Bunny en el Super Bowl

Bad Bunny vuelve a ser tema de conversación, esta vez por su próxima presentación en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl, el evento deportivo más visto en Estados Unidos. Según una encuesta nacional de la Universidad de Quinnipiac, el 48 % de los estadounidenses aprueba la decisión de la NFL de elegir al artista puertorriqueño como protagonista del show, mientras el 29 % la desaprueba y el resto no opina.

El estudio, divulgado este lunes, revela que las opiniones sobre el intérprete de “Lo Que Le Pasó a Hawaii” varían notablemente según el partido político, la edad y la raza. La encuesta destaca que tres de cada cuatro demócratas apoyan su participación, mientras que más de tres de cada cinco republicanos se oponen.

En concreto, el 74 % de los votantes demócratas dijo estar de acuerdo con la elección de Bad Bunny, frente a sólo un 10 % en desacuerdo. Por el contrario, el 63 % de los republicanos desaprueba la decisión y apenas un 16 % la respalda.

La división también se observa en otros segmentos. El 65 % de los hispanos y el 61 % de los afroamericanos aprueban la designación del artista, frente al 41 % de los adultos blancos. Entre los jóvenes de 18 a 34 años, el apoyo asciende al 64 %, mientras que los mayores de 65 se muestran divididos, con un 36 % a favor y un 37 % en contra.

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Música, identidad y política en el mayor escenario deportivo

La elección del cantante de origen puertorriqueño no solo representa un paso más en la expansión global del reguetón y la música urbana latina, sino que también pone en evidencia las tensiones culturales y políticas que atraviesan a la sociedad estadounidense.

“La inmensa popularidad de la música de Bad Bunny no puede obviar las tensiones políticas que se viven actualmente en Estados Unidos”, explicó Brittani Webb, profesora adjunta de Estudios de Medios de Comunicación en la Universidad de Quinnipiac. “Para quienes aún argumentan que los deportes son apolíticos, las reacciones polarizadas sugieren lo contrario”, agregó.

Desde que la NFL anunció a Bad Bunny como artista principal del show del próximo 7 de febrero en Santa Clara, California, la decisión ha sido blanco de críticas en ciertos sectores conservadores. Algunos comentaristas republicanos cuestionaron que el espectáculo más importante de la televisión estadounidense sea encabezado por un artista que canta principalmente en español.

Incluso el presidente Donald Trump comentó que “nunca había oído hablar de Bad Bunny” y calificó como “absolutamente ridículo” que el puertorriqueño actúe en el intermedio del Super Bowl.

Poco después del anuncio, Corey Lewandowski, asesor del Departamento de Seguridad Nacional, insinuó que el Gobierno desplegará agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante el evento. No obstante, la Casa Blanca aclaró días después que no existen planes de redadas migratorias vinculadas al espectáculo.

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Un símbolo de representación latina

Más allá de la polémica, el fenómeno Bad Bunny confirma el alcance cultural de los artistas latinos en los escenarios globales. Su presentación en el Super Bowl marcará la primera vez que un solista puertorriqueño encabece el espectáculo principal, un logro que muchos consideran un avance para la visibilidad de la comunidad hispana en Estados Unidos.

Para millones de latinos incluidos salvadoreños radicados en ciudades como Los Ángeles, Nueva York o Houston la noticia se siente como un reconocimiento al peso cultural de la región. Bad Bunny, que en sus letras ha abordado temas sociales y de identidad, representa una generación que mezcla orgullo latino con una proyección internacional sin precedentes.

Mientras la NFL apuesta por conectar con nuevas audiencias y mantener su relevancia en la era del streaming, la participación del artista urbano podría marcar un hito en la relación entre el deporte, la cultura y la diversidad lingüística.

A cuatro meses del gran día, la expectativa crece. Y aunque el debate político parece inevitable, el Super Bowl de 2025 promete ser una de las ediciones más comentadas y, sin duda, una de las más latinas de la historia reciente.