Ligia Morales responde a crítica sobre El Sombrero Azul

“El sombrero azul”, popularizada por la agrupación salvadoreña Salsa Clave en la voz de Ligia Morales, ha sido por años una de las canciones infaltables durante las fiestas patrias. Pero un reciente video de TikTok puso el tema en discusión pública, al plantear que su origen va más allá de lo festivo y tropical.

@nataliaalbertx ¿Cuál es el origen de El Sombrero Azul? Esta canción que bailamos todos los septiembres en conmemoración de la independencia salvadoreña, la escribió Ali Primera, un cantautor venezolano en solaridad al pueblo salvadoreño durante la guerra civil en los ochentas. Gracias a Sam que me contó la historia de esta canción y me dio la idea de hacer el video. Pueden ir a ver el video del concierto a YouTube y agregó mis fuentes acá abajo: • La historia detrás de "El sombrero azul": ¿qué llevó a un venezolano a escribir una canción para los salvadoreños? - La Prensa Gráfica • De zapatero a empresario musical: William Cenna, el artífice del éxito de Salsa Clave: "El sombrero azul" - El Diario de Hoy #historia #independencia #centroamerica #mercedessosa #trova ♬ original sound - Nat ?

La creadora de contenido Natalia Alberto, conocida por abordar temas de memoria histórica en plataformas digitales, asegura que la canción no fue compuesta originalmente para celebraciones, sino como un himno de denuncia política. Según detalla, la letra fue escrita por el cantautor venezolano Alí Primera en el contexto de la guerra civil salvadoreña.

“Esta canción no es para bailar en el mes de la independencia. Nació como una bofetada política, escrita por un cantautor venezolano llamado Alí Primera y fue una canción de denuncia en medio de la guerra civil salvadoreña”, explicó Natalia en su publicación, que rápidamente se viralizó en redes sociales.

Del canto de protesta a la pista de baile

El video no solo detalla el contexto original de la canción, sino que señala cómo fue transformada décadas después. Natalia indica que, tras los terremotos de 2001, William Sena, fundador de la agrupación Salsa Clave, adaptó el tema al ritmo de cumbia. Fue entonces cuando entró en escena Ligia Morales, cuya interpretación consolidó su popularidad en el El Salvador.

“Ligia Morales entró con su voz hermosa y poderosa y convirtieron esta canción de denuncia en una cumbia bailable”, afirmó la tiktoker, al tiempo que hizo un llamado a no olvidar la intención crítica de Alí Primera al escribirla.

Las palabras provocaron cientos de reacciones en redes. Para algunos, el señalamiento fue revelador. Para otros, el análisis histórico no resta valor al giro musical que permitió que la canción llegara a más salvadoreños.

La respuesta de Ligia Morales

Ante la creciente atención que recibió el video, la cantante Ligia Morales respondió desde su cuenta oficial en Facebook. Sin rechazar el origen político del tema, defendió la versión bailable que ayudó a masificarlo.

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“La canción original nadie la hubiese cantado popularmente en esos años, tampoco nadie la dio a conocer, nadie la promovió y en su momento tuvo significado. Pero bien, así es la industria musical. Hoy que es conocida nuestra versión, después de 24 años, ya todos salen opinando”, escribió Morales.

Concluyó su publicación destacando la libertad de expresión que permite estos debates: “Tienen la libertad de hacerlo porque gracias a Dios vivimos en un país de paz, progreso y libertad. ¡Qué viva El Salvador!”

Cultura popular y memoria histórica: una tensión vigente

El debate no solo es sobre una canción, sino sobre la manera en que la cultura popular transforma y resignifica obras de contenido político. ¿Puede una canción de protesta convertirse en éxito bailable sin traicionar su mensaje? ¿O es precisamente esa transformación lo que garantiza su permanencia en el imaginario colectivo?

“El sombrero azul” es ahora más que una cumbia para las fiestas patrias. Es un reflejo de cómo las canciones viajan en el tiempo, se adaptan a nuevas realidades y despiertan nuevas preguntas. Algunos oyentes la siguen bailando con nostalgia; otros comienzan a escucharla con oídos nuevos, atentos al mensaje original de quien la escribió.

Para los salvadoreños dentro y fuera del país, esta conversación representa una oportunidad de reconectar con las capas más profundas de la identidad musical del país. Ya sea desde la pista de baile o desde el análisis histórico, la canción sigue generando reflexión, memoria y diálogo.

Con reporte de El Diario de Hoy.