Terremoto en Afganistán deja 1,411 muertos y continúa la búsqueda de víctimas

Un terremoto de magnitud 6.0 sacudió el lunes la provincia oriental de Kunar, en Afganistán, dejando al menos 1,411 personas fallecidas y más de 3,100 heridas. Las zonas más afectadas incluyen los distritos de Nurgal, Chawki y Asadabad, ubicados en regiones montañosas cercanas a la frontera con Pakistán. En estas áreas, más de 5,400 viviendas fueron destruidas.

Mientras las tareas de rescate se intensifican, muchas familias aún esperan noticias de sus seres queridos atrapados bajo los escombros. Organismos como la Media Luna Roja Afgana y la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) han advertido que la cifra de víctimas podría aumentar considerablemente en las próximas horas.

Apoyo internacional ante la situación crítica

A pesar de las difíciles condiciones del terreno, vehículos y helicópteros se movilizan para entregar ayuda, evacuar heridos y restablecer rutas bloqueadas por deslizamientos. Las afectaciones no se limitan a viviendas: también han colapsado escuelas, mezquitas y tierras de cultivo, lo que agrava la situación económica de miles de familias rurales.

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OCHA ha identificado como necesidades urgentes los refugios temporales, agua potable, medicamentos y alimentos. Según estimaciones, más de 12,000 personas han sido afectadas directamente, aunque la población total de las zonas impactadas supera los tres millones de habitantes.

La respuesta internacional no se ha hecho esperar. La ONU liberó cinco millones de dólares en fondos de emergencia, el Reino Unido aportó 1.34 millones de dólares, y países como India, China, Irán, Egipto, Pakistán y la Unión Europea han ofrecido asistencia logística y humanitaria.

Afganistán enfrenta esta catástrofe natural en medio de una profunda crisis económica y con un sistema de salud debilitado. Las restricciones impuestas por el régimen talibán y la reducción significativa de la cooperación internacional en los últimos años han limitado la capacidad del país para responder a emergencias de esta magnitud.

“Los heridos siguen llegando”, expresó Sharif Khamosh, médico del hospital de Nangarhar. “Aún recibimos reportes de personas atrapadas”. Las imágenes de largas filas de vehículos, helicópteros sobrevolando aldeas y maquinaria pesada trabajando sin descanso, reflejan tanto la magnitud de la tragedia como la urgencia de seguir apoyando a las comunidades afectadas.