5 errores que te indican que toda la vida has hecho un mal uso del preservativo

Los condones tienen un 98 % de efectividad, pero si no sabes cómo cuidarlos este porcentaje se reduce significativamente. Conoce qué es lo que nunca debes hacer al manipularlos.

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Foto Por EDH-Shutterstock

Por Sara Castro

2020-09-22 4:46:48

El libro “¡Entérate!”, del grupo Platanomelón es una amplia guía sobre la sexualidad y las múltiples interrogantes sobre ella. Y es desde este texto que se abordó la temática sobre los preservativos —sí, esos dispositivos que han estado en el mundo desde 1564 para evitar Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y embarazos— y las formas en cómo se utilizan, que no siempre son las más adecuadas.

Entre masajes, caricias y besos, la temperatura sube. Él busca entre su pantalón su billetera, la abre rápidamente para sacar un condón. Agarra una esquina del empaque y con los dientes lo rasga, saca el preservativo que, acto seguido, “se pone a modo de calcetín”. En menos de un minuto se han cometido tres de los errores más comunes a la hora de manipular este método anticonceptivo.

Sí, puede ser que la acción de romper con los dientes la bolsa donde vienen resguardados sea muy exagerado, pero muchos lo han hecho y ¿quién durante su juventud no los guardó en su cartera? Pues esas y muchas otras graves fallas son habituales; mostrarse experimentados en el tema puede ser contraproducente porque el modo de uso tiene un alto impacto en su eficacia.

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Te compartimos 5 errores a la hora de usar un preservativo. Pon atención y evita que esas pequeñas “ligerezas” terminen en una enfermedad de trasmisión sexual o en un embarazo no deseado.

1.Llevarlo en el bolso, cartera o billetera: es lo más común, pero “¡Entérate!” específica que el problema radica en que “los roces y la temperatura deterioran la elasticidad”. Y hay otros que deciden que las bolsas traseras del pantalón son el mejor lugar para tenerlos, entonces el problema crece porque te sientas, caminas, vas rozándolos y los movimientos lo desgastan, según la sexóloga del Instituto Iberoamericano de Sexología de España, Francisca Molero. Es preferible el bolsillo de las camisas que los desfavorables lugares ya mencionados. Las mujeres deben colocarlos en espacios de sus bolsos donde no roce otros objetos como pinzas, llaves, maquillaje, entre otros. Los preservativos siempre deben estar en un sitio fresco, como una mesa de noche.

Los condones no solo previenen embarazos, también evitan el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Foto EDH / Shutterstock

2. Estirarlo como un calcetín antes de colocarlo: nunca debes hacerlo porque ese brusco movimiento puede estirarlo y generar burbujas en su interior, fácilmente este se romperá durante el coito. Lo mismo podría pasar si lo soplas antes de colocarlo. “Pinzar la parte del reservorio y, a partir de ahí, desenrollarlo con cuidado sobre el pene, hasta la base y siempre estando erecto” es la mejor forma de acomodarlo, de acuerdo con la especialista Molero. Además, no olvides lavarte las manos antes de manipularlos, pues así evitas que las bacterias se alojen en tus partes genitales y en las de tu pareja.

3. Mala elección de la talla: si te queda grande podría quedarse dentro durante la penetración, según la revista española Zen. Y si es muy pequeño puede romperse, podría apretar demasiado hasta que, incluso, te haga perder la erección. Las tallas en los preservativos varían dependiendo de las marcas y los países de procedencia, es como si fuera un pantalón; las versiones americanas son distintas a las europeas, según describe la directora de Psicología Clínica y Sexología del Instituto Lyx, Miren Larrazabal. “La mayoría de preservativos van bien para todos porque tienen mucha capacidad, aunque algunos pueden presionar al principio de entrada. Lo que hay que hacer en estos casos es medir el diámetro del pene erecto y buscar la talla más adecuada, sobre todo por el confort. Cuando está demasiado apretado se siente como si fuera pequeño”, agregó Molero.

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4. No fijarte en la fecha de caducidad: es una de las características a las que menos se presta atención, se anteponen el grosor (que tampoco debe influir a la hora de elección), los sabores, una marca de predilección, entre otras. Pero esta fecha de vencimiento es tan importante como la que está en los medicamentos y alimentos. Es común que se compre una caja de condones y utilizarlos hasta que se acabe —aunque hayan pasado ya varios meses— o que ni recuerdes cuándo los compraste. Si han pasado cinco años desde su salida de la fábrica ten por seguro que el látex ha perdido su elasticidad y puede romperse cuando lo utilices. “Esto no es una cuestión de consumo preferente o ‘mejor antes de’. Pasada esa fecha, el preservativo pierde las características de seguridad y fiabilidad. No se deben usar caducados”, aseveró Molero.

5. Abrir el envoltorio con los dientes: sí, es menos común; pero hay algunos individuos que aún lo hacen. Larrazabal da razones más que evidentes para que no lo hagas así: “los dientes y las uñas excesivamente afiladas pueden rasgar el látex de manera inadvertida.  Y un preservativo roto solo vale para disgustos. Siempre debes manipular el paquete con las yemas de los dedos”.