Tener cálculos en los riñones suena a un diagnóstico poco común, pero no es así. Estas popularmente llamadas “piedritas” son muy frecuentes, tanto así que, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos pueden aparecer incluso en bebés prematuros. Pero ¿qué son y cómo pueden evitarse?
De acuerdo con la definición proporcionada por la American Kidney Fund estas sólidas materias se originan cuando los riñones no son capaces de remover todos los desechos que hay en ellos o los líquidos que están en tu sangre, por lo que se aglutinan en los riñones. “Estos bodoques de deshechos son llamadas piedras en los riñones o también conocidos como cálculos renales, y generalmente son de calcio, oxalato y fosfato”, señaló el portal de la fundación.
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Sí, estas piedras pueden estar formadas por distintos sustancias, como las antes mencionadas y también de ácido úrico, estruvita (que es cuando hay infecciones en el tracto urinario en el que las bacterias producen un amoniaco que se acumula en la orina) y de cistina (una sustancia química que produce el cuerpo de manera natural).
Estas pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o mucho más grandes, del tamaño de una perla o mucho más, según los especialistas de la fundación estadounidense. Pero los dolores que provocan pueden ser muy fuertes debido a que han viajado de los riñones a los uréteres o fuera de la uretra, provocando el bloqueo del flujo de la orina.
Según el nefrólogo Iván Porter, de la Clínica Mayo, los cálculos renales pueden presentarse por diversas causas, como la alimentación, que cumple una función importante en la formación de ellos, tener antecedentes familiares, así como determinados medicamentos y afecciones médicas. Estas últimas pueden ser la diarrea crónica, la enfermedad intestinal inflamatoria, la acidosis tubular renal, las enfermedades hepáticas, la custinuria, el hiperparatiroidismo y las infecciones en las vías urinarias.
También se vinculan estas “piedras” a un alto índice de masa corporal, a un mayor tamaño de cintura, a la obesidad, por haberse sometido a una cirugía de baipás gástrico.
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¿La clave? Sí, en la hidratación y en la forma de alimentación.
“Los líquidos adicionales diluyen la orina y disminuyen la probabilidad de aparición de los cálculos (…) Evite el consumo excesivo de bebidas con azúcar o colas, ya que pueden aumentar el riesgo. Las bebidas deportivas con sodio agregado y el exceso de calcio también pueden aumentar el riesgo de tener cálculos”, explicó Porter.
Además, reduce al mínimo el consumo de sodio y proteína animal (carnes, huevos), ello puede ayudarte a prevenir las piedras en los riñones. Otra importante recomendación es que si tú medico averigua el tipo de piedra que tienes, puede recomendarte una dieta específica para prevenir piedras en el futuro.
