Es normal que con la edad, el 82% de los hombres experimenten descenso del vigor físico, deseo sexual y esto es normal si se presenta de forma paulatina, no debe de ser motivo de preocupación. Pero, ¿cuál es la razón de este fenómeno?
Es normal hablar de la menopausia y todo el mundo conoce de sus síntomas, pero se desconoce de su homólogo masculino y esta es la andropausia, tema que sigue siendo un tabú para la mayoría de la población, pero para los hombres se puede llegar a convertir en un quebradero de cabeza.
La andropausia o Síndrome de Déficit de Testosterona, afecta a un 82% de la población masculina y puede aparecer a partir de los 40 años. Este es el proceso donde las capacidades sexuales del hombre y otras funciones orgánicas disminuyen por los bajos niveles de testosterona, según entrevista del sitio Doctología.
A partir de los 30 años los hombres pueden padecer andropausia
La disminución de testosterona puede llevar a los hombres a sufrir esta situación, que se manifiesta con pérdida de apetito sexual, disfunción eréctil, irritabilidad, fatiga e insomnio, entre otros síntomas. Este déficit hormonal es de forma gradual.
El Instituto de Neurociencias, asegura que a partir de los 30 años la testosterona disminuye en un 15% y los primeros síntomas empiezan aparecer a los 45 años. Luego, a los 50 años, la disminución de la hormona la padecen el 50% de los hombres; a los 60 años la mitad de los hombres sufren alteraciones, mientras que para los 70 los niveles de testosterona están completamente bajos.
Las causas principales que señala el instituto son: envejecimiento, estrés, consumo de alcohol, algunos medicamentos, obesidad, infecciones y elevación del nivel de SHBG, conocida como globulina fijadora de hormonas sexuales.
Esta etapa puede llegar a confundirse con la depresión y por ello es necesario diferenciarla. Además, la andropausia estás relacionada con la vejez y la falta de deseo sexual no se solucionará tomando testosterona.
Algunos de los síntomas son:
- Cambios en la actitud y el estado de ánimo
- Fatiga
- pérdida de energía
- Falta de líbido y el deseo sexual
- Mengua de la erección
- Aumento de peso
- Irritabilidad
- Depresión
- Nerviosismo
- Reducción de fuerza y volumen de la eyaculación
- Deterioro óseo
- Sensación de calor en el rostro
- Problemas circulatorios
- Sudoración y dolor de cabeza