Durante esta cuarentena tus pies descansan de los stilettos o zapatos de tacón, y tal vez hasta ahora prestes atención a un problema de salud y estético: los juanetes.
La Clínica Mayo sostiene que se le llama así a una protuberancia ósea que se forma en la base del dedo gordo del pie y se desvía hacia los más pequeños ocasionando deformidad, abultamiento, dolor continuo, limitación de movimiento, callosidad y enrojecimiento.
Se genera por el constante uso de zapatos apretados y estrechos, aunque hay otras razones como la artritis o por la forma natural del pie.
Debes consultar al médico antes que el problema incremente y de ser así consigue algún tratamiento.
La cirugía es una opción para dejar la zona tal y como estaba originalmente, pero es la última alternativa en casos severos.
La doctora Isabel Guillén Vicente, de Madrid, explica que el procedimiento consiste en operar el primer metatarsiano o dedo gordo y todas sus demás estructuras.
Habrá una segunda intervención en el segundo dedo y sus estructuras dañadas, también una tercera operación en el dedo siguiente pero solo si fuera necesario.
En el proceso se acortan o alargan las falanges, ligamentos o tendones y se reparan las articulaciones. Luego se fija la nueva posición de los dedos con clavos, tornillos, alambres o placas para fusionar.
Una incisión en el segundo dedo provoca dolor en la planta del pie pero eso se corrige elevando el hueso metatarso y acortándolo. Si eso no se hace afectará la manera de andar de la persona.
Luego, el paciente usa calzado posquirúrgico y se suspende a la sexta semana. Hasta entonces se vale el calzado habitual. Pero la normalidad completa se puede alcanzar al año, cuando el cuerpo se adapte bien a las nuevas estructuras.
“Me encanta hacer una foto del antes y el después de la cirugía porque es realmente espectacular a la vista. Es muy bonito conseguir, también, que el pie se muestre como Dios lo trajo al mundo… Es maravilloso dejar atrás el dolor y que, de paso, mejoremos el aspecto estético. El pie vuelve a cumplir así su función natural”, dice la experta. El camino para devolverle no solo la belleza sino la salud a los pies es largo y doloroso.
El podólogo Raúl Ramos, de Madrid, sugiere evitar zapatos con horma estrecha o fabricados con plástico. El tacón de tres a cuatro centímetros es el menos agresivo, el calzado debe ser estable, flexible en los dedos y no excesivamente blando. De ser necesario, corrige la posición con plantillas o siliconas separadoras entre dedos.
También acude a revisiones anuales. La edad ideal para comenzar estos chequeos es a los cinco años de edad, cuando las características del pie de un niño comienzan a estabilizarse. Sigue estos consejos al pie y gozarás de una excelente salud podal.