Conoce las ventajas y desventajas de 3 mascarillas que usas contra la COVID-19

Todo el mundo se está acostumbrando a la utilización de protectores para evitar contraer coronavirus, por esta razón acá te brindamos algunos tips para que les saques el mejor provecho.

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Checa esta interesante información. / Foto Por pixabay

Por Elis Silva

2020-08-09 11:56:20

Entre las mascarillas más utilizadas como protección contra la coronavirus están la N95, las mascarillas quirúrgicas y las de tela. Aunque todas estas tienen un efecto protector, no todas tienen la misma eficacia y están elaboradas para ser usadas en diferentes situaciones.

Además, en estos tiempos los salvadoreños también están protegiendo al máximo su bolsillo, el cual queda afectado por el consumo de enseres como alcohol gel y todo tipo de desinfectantes.

Conoce en este artículo la función de estos cubrebocas, su objetivo y uso, entre otros detalles.

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N95

Como su nombre lo indica, esta mascarilla es una de las más confiables porque logra filtrar el 95 % de las partículas del ambiente usando electricidad estática. Según el Hospital General de Massachusetts, para asegurar su seguridad y eficacia, todas las N95 deben ser probadas y aprobadas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH).

Estas deben quedar ajustadas al rostro de cada persona, y a pesar de ser un tanto incómodas, son las más recomendadas para trabajadores de la salud y otros equipos de primeros auxilios.
Pero en la actualidad cada vez son más salvadoreños los que utilizan este modelo, por lo que la población debe estar al tanto de su uso.

Cabe destacar que existen más de 20 modelos de mascarilla N95, por lo que en los “ires y venires” es muy difícil saber cuál tiene el ajuste adecuado a tu rostro.

Foto EDH / Pixabay

El sitio murciasalud.es deja claro que los cubrebocas no deberían ser reutilizables, pero para no agotar sus existencias se extiende el período de su uso, aunque es aconsejable eliminarlos porque con el tiempo pierden su efecto protector.

Estas no se pueden lavar, ya que uno de sus objetivos es tener una mayor duración que la de las mascarillas quirúrgicas. Su durabilidad es de 48 horas seguidas, por lo que se puede utilizar en distintas ocasiones a lo largo de varios días cuando la persona va a estar rodeada de otros individuos.

Por su parte, El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos asegura que este respirador debe botarse cuando se vuelve más difícil respirar a través de él, se ensucia o se daña.

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Es recomendable rotar su uso, así permite secarse durante el tiempo suficiente para que el virus ya no sea viable. Ten dos o más mascarillas para poner en práctica este método.

Es de enfatizar que no debes tocar la parte delantera porque puede estar contaminada y mantén tu respirador limpio y seco.
Asegúrate de leer y seguir las recomendaciones del fabricante sobre el uso y almacenamiento.

Mascarillas quirúrgicas

Para comenzar, se debe aclarar que estas mascarillas son diferentes a los respiradores y no están diseñadas ni aprobadas para brindar protección contra las partículas transportadas por el aire.

“El beneficio de la mascarilla quirúrgica es que es resistente a los fluidos y puede protegerlo contra gotas grandes o salpicaduras de fluidos corporales. Además, no requiere pruebas de ajuste”, aseguró George Alba, del Departamento de Medicina de Medicina Pulmonar y Cuidados Intensivos del Hospital General de Massachusetts.

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Si bien son eficaces al covertirse en una barrera contra gotitas, no forman un sellado hermético adecuado contra la cara del usuario.

De acuerdo a datos oficiales de la Biblioteca Virtual MurciaSalud, los documentos consultados sugieren que el tapabocas quirúrgico puede llevarse durante cuatro o seis horas seguidas como máximo, siempre y cuando no esté mojado o sucio.

Así mismo deben seguirse las recomendaciones indicadas por el fabricante y usarlas correctamente: antes de colocártela debes lavarte las manos, al ponértela cerciorarte que quede tapada la nariz y la boca y hacer lo posible para que quede lo más pegada al rostro que se pueda. Al retirarla lávate las manos.

Una de las mayores desventajas es la económica, ya que debes desecharlas tan pronto se humedezcan; luego, conseguir una nueva, limpia y seca. No son reutilizables.

Mascarillas de tela

Los expertos recomiendan que este artículo se emplee solo en los espacios abiertos, aunque dejan claro que no protegen contra los “aerosoles”.

“Es fundamental destacar que lo más importante que puede hacer el público en general es quedarse en casa si puede, y si necesita salir, usar una mascarilla de tela y mantener al menos dos metros de distancia física y realizar una higiene de manos frecuente”, reiteró George Alba.

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Recalcar que tampoco se deben reutilizar demasiado, sí son útiles en las salidas breves, como para salir a comprar, acudir al médico o la farmacia, pero no son recomendadas para emplearlas por tanto tiempo.

La limpieza de esta mascarilla tiene sus pros y contras. En el caso que se introduzcan en agua hervida, esto puede dañarla e incluso afectar a su transpirabilidad.

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“Para asegurar su buen funcionamiento, el mejor consejo es inspeccionar la mascarilla tras someterla a la ebullición sosteniéndola bajo una fuente de luz e identificando áreas más adelgazadas o incluso agujeros en la tela. Lo adecuado sería no sobrepasar los 10 usos, o los 10 ciclos de ebullición, en cualquier tipo de mascarilla de tela”, recalcó el sitio elespanol.com.

Si se introducen en la lavadora, lo recomendable es que se use agua caliente a 60ºC. Otros utilizan una mezcla de agua caliente y lejía, pero esta última podría perjudicar la tela e incluso afectar al usuario. Hay que dejar que se elimine la lejía correctamente antes de volver a usarla.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud dio algunos consejos para sacar la mayor ventaja a los cubrebocas hechos en casa. Recomiendan tres capas para fabricarlas: la interior debe ser un material absorbente como algodón, una intermedia de un material que no sea tejido como polipropileno, que es el filtro, y una exterior de un material no absorbente como poliéster.