La tuberculosis, una enfermedad que estigmatiza

La bacteria de la tuberculosis puede evitarse y tiene cura, pero antes de llegar a ese punto también hay medidas de prevención, conoce quiénes son las personas más vulnerables y los problemas psicológicos que acarrean por la estigmatización que sufren.

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Por Diana Orantes

2020-03-24 4:00:34

En esta época hay que cuidarse mucho, no solo por la pandemia del coronavirus, también porque hay otras enfermedades latentes en el aire como la tuberculosis (TB).

Esta es una potencial infección bacteriana que afecta sobre todo a los pulmones, y cuando está muy avanzada también se propaga a otros órganos.

La responsable de este padecimiento es la Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que se contagia fácilmente de un individuo infectado a otro sano. La enfermedad es curable si se sigue el tratamiento a tiempo, pero antes de llegar a ese punto de no retorno también es importante saber que puede prevenirse.

Este 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis para concienciar sobre las terribles consecuencias sociales, económicas y de salud generadas por este mal. La fecha coincide con el anuncio que el doctor Roberto Koch realizó en 1882, cuando descubrió la bacteria que provoca la TB. A partir de entonces, los médicos comenzaron a trabajar en indagaciones sobre el diagnóstico y la cura.

Para que las personas compartan algunas dudas, experiencias o conozcan más sobre la enfermedad, la OMS puso en marcha la iniciativa “Es hora de actuar” (“Find. Treat. All. #EndTB”), y entre los compromisos que acompañan la propuesta están aumentar el acceso a la prevención y poner un alto a la estigmatización y discriminación de los pacientes.

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Hoy más que nunca, cuando todos los esfuerzos salubres están enfocados en controlar el coronavirus también es momento de mirar hacia esta enfermedad y sus principales factores de riesgo.

El doctor español Negrín José Caminero afirmó en una entrevista a EFE que la TB “sigue siendo una enfermedad de pobres” y los médicos generalmente no le dan mucha prioridad. Mencionó que en algunas regiones se registran 300 casos por cada mil habitantes. “Tienen más tuberculosis los pobres de los países ricos que los ricos de los países pobres. Es un problema realmente social”, subrayó.

Caminero atiende muchos casos en las islas Canarias como en América Latina, en donde dice que la población indigente es extremadamente vulnerable o los habitantes que viven “hacinados y son muy pobres”, lo que a su vez provoca desnutrición.

A lo largo de su vida, una persona infectada tiene solo el 10 % de riesgo de desarrollar la enfermedad, pero la OMS asegura que los sistemas inmunitarios dañados son más propensos. Un portador puede infectar a unas 10 o 15 personas por contacto estrecho.

Hoy te recordamos algunos de los síntomas que acarrea la TB, los factores de riesgo y cómo la autoestigmatización empeora la situación de los pacientes.

El peligro de autoestigmatizarse

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Estigmatizar la enfermedad como a sus pacientes es una fuerte barrera para acabar con la TB, algo similar a lo que ha sucedido con el coronavirus y sus primeras víctimas.

Esa actitud ha sido favorecida por instituciones de salud, las comunidades y la sociedad en general. Cuando hay otras epidemias globales como el VIH, la estigmatización empeora.

La directora ejecutiva de Global Coalition of TB Activists, Blessina Kumar, aseguró que ese problema no es nada nuevo en los pacientes con tuberculosis. “Debemos entender que la autoestigmatización no sucede porque sí, sino porque el entorno que nos rodea es estigmatizante y hace que las personas con TB se estigmaticen a sí mismas”, explicó.

Esta vulneración trae consigo un comportamiento de menosprecio a uno mismo cuando alguien porta la enfermedad. Le hace adoptar actitudes como la vergüenza, creer que va a ser rechazado, que tiene la culpa por haberse infectado —cuando no ve las condiciones sociales que lo facilitaron— normaliza esos sentimientos y bloquea toda posibilidad de curarse.

Las cosas empeoran cuando el enfermo se aísla, esquiva relaciones sociales, evita salir de casa, se aleja de sus seres queridos y la negatividad se apodera de él. Todo deriva en problemas mentales más complejos como la depresión, ansiedad y soledad.

“No hay una forma fácil para afrontar la estigmatización, ya que se trata de cambiar el comportamiento de la sociedad, y eso no va a pasar en una sola noche”, indicó Blessi.
Sin embargo, hay un primer paso para cambiar la situación. Las autoridades de salud instan a fortalecer y empoderar las redes de apoyo a los pacientes en su entorno familiar, desde casa y durante las actividades diarias, para impulsar el apoyo y el acompañamiento.