¿Sabes por qué te duele la mandíbula?

La agobiante situación actual por la pandemia de COVID-19, así como el estrés laboral y personal pueden provocar diferentes afecciones en las personas, entre ellas el llamado desorden de articulación temporomandibular.

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Conoce qué provoca este dolor. / Foto Por EDH / Shutterstock

Por Mireya Amaya

2020-06-13 9:55:34

¿Has experimentado dolor en la zona de la mandíbula al masticar, bostezar o al abrir la boca, en los últimos días? Si tu respuesta es afirmativa, debes saber que posiblemente estás ante la alteración de la articulación temporomandibular (ATM), la cual actúa como una bisagra deslizante, que conecta la mandíbula al cráneo.

Según los especialistas, es difícil determinar la causa exacta de este trastorno que mayoritariamente afecta a mujeres de entre 30 y 50 años, pero explican que puede deberse a factores genéticos, artritis o una lesión de la mandíbula.

Por otro lado, también puede originarse por acciones involuntarias como apretar la mandíbula de forma excesiva, por el rechinamiento de dientes (bruxismo), el mordisqueo de las mejillas o por el hábito de masticar chicle o comer frutos secos, sostiene el Hospital Polusa, de España.

También puede originarse por acciones involuntarias como apretar la mandíbula de forma excesiva.

¿Cómo ocurre? La Clínica Mayo explica en su portal que las partes de los huesos que interactúan en esa articulación están cubiertas de cartílago y separadas por un pequeño disco que absorbe los golpes y hace que el movimiento sea suave.
De ahí que cuando se presenta dolor en el movimiento natural de abrir y cerrar la boca es posible que el disco se haya erosionado o movido de su alineación normal, que el cartílago esté dañado por artritis o que la articulación haya sido afectada por algún impacto.

Los síntomas
Existen varios signos y síntomas que harían pensar a cualquiera que padece un desorden de ATM, sin embargo, los mismos también pueden indicar la existencia de otras complicaciones. Por lo tanto, solo el especialista puede hacer el diagnóstico correcto luego de revisar la historia clínica, de examinar al paciente de forma exhaustiva e incluso tras revisar radiografías.

Las siguientes son algunas de las manifestaciones, según la Clínica Mayo:

Dolor intenso en la cara o sensibilidad en la mandíbula si la tocas, así como al masticar o si bostezas. También puede dolerte una o ambas articulaciones temporomandibulares.

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Asimismo, puedes experimentar dolores fuertes de cabeza, dentro del oído o a su alrededor, así como presión por debajo de los ojos.
Otro signo es que la mandíbula se traba, además de que puede hacer un chasquido cuando se cierra o abre la boca.

Sobre esto último, la Clínica Mayo explica que si cuando truena no hay dolor o limitación de movimiento, es posible que la persona no necesite tratamiento para un trastorno temporomandibular. Pero si por el contrario, las molestias son persistentes o si no puedes cerrar o abrir la boca por completo, lo mejor es buscar atención médica cuanto antes.

¿Cómo se trata?
En la mayoría de los casos, las molestias son temporales y pueden aliviarse con analgésicos y antiinflamatorios de venta libre. Pero si con eso no basta, es el médico quien debe indicar fármacos más fuertes, así como determinar el tiempo del tratamiento y las dosis.

De hecho algunas veces pueden indicarse relajantes musculares y algunos antidepresivos para calmar el dolor que provocan los espasmos, así como para mejorar el bruxismo.

La cirugía, según la Clínica Mayo, es el último recurso que se utiliza después de que los tratamientos conservadores no han sido efectivos. Entre estos hay procedimientos mínimamente invasivos, como la artrocentesis, inyecciones de corticoesteroides, las cirugías artroscópica y de articulación abierta (que lleva más riesgos), y la condilotomía modificada, detalla la misma institución en su portal.

Otras terapias
Para el tratamiento de los trastornos temporomandibulares también se utilizan algunas terapias no farmacológicas como el uso de férulas o protectores bucales. Estos son dispositivos suaves o firmes hechos a medida, que se colocan sobre los dientes superiores para reducir los efectos dañinos de apretar los dientes excesivamente y rechinarlos, explica el portal Colgate.

El uso de los protectores bucales para las personas que padecen bruxismo son indispensables, pues el rechinamiento de los tientes podría llevar desencadenar ATM. Foto EDH / Shutterstock

La fisioterapia es otro recurso. En esta se practican ejercicios para estirar y fortalecer los músculos de la mandíbula, pudiendo incluir también tratamientos con ultrasonido, calor húmedo y hielo.

La medicina alternativa es otra opción. Un especialista en acupuntura puede ayudar a tratar el dolor crónico mediante la inserción de agujas del grosor de un cabello en lugares específicos del cuerpo.

Finalmente está la orientación psicológica, que resulta útil para identificar y manejar los desencadenantes del dolor, como por ejemplo el apretar o rechinar los dientes, apoyarse en la barbilla o morderse las uñas.

También ayuda aprender técnicas de relajación que permitan eliminar la tensión de la zona de la mandíbula y eliminar el estrés en general.

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El autocuidado es básico
Para reducir los síntomas del trastorno de ATM es imprescindible tomar conciencia de que hábitos como apretar la mandíbula, rechinar los dientes o masticar lápices producen tensión y por tanto molestias en la zona. Sin embargo, también puedes poner en práctica lo siguiente:

– En la medida de lo posible, evita el uso excesivo de los músculos de la mandíbula. Consume alimentos blandos y cortados en trozos pequeños. Deja de lado los que sean pegajosos o duros y evita la goma de mascar.

– De preferencia elige huevos revueltos, avena, yogur, sopas, batidos, pasta, pescado, puré de papas, batidos, plátanos, puré de manzana, gelatina o helado.

– Haz estiramientos y masajes. Tu especialista o fisioterapeuta puede enseñarte a hacer ejercicios para estirar y fortalecer los músculos de la mandíbula, así como algunos masajes para esa zona.

– Terapia de calor o frío. Aplicar calor o hielo entre 10 y 20 minutos en el costado de la cara puede ayudarte a aliviar el dolor. Puedes hacer una compresa fría, poniendo cubitos de hielo en una bolsa de plástico con cierre hermético y luego envolviéndola con una toalla limpia y delgada o un paño. Nunca pongas hielo o una compresa fría directamente sobre la piel.

– El blog oralmaxilofacial.com sugiere que intentes controlar el bostezo con la mano o bien bajando la barbilla al pecho. Para relajar la mandíbula, mantén los labios entreabiertos y los dientes separados.

– Si se trata de una crisis procura hablar lo menos posible.