“Doctor, quiero lucir como en mi selfie”

En los últimos años, muchos cirujanos plásticos han recibido pacientes que solicitan procedimientos que, en la vida real, los hagan lucir exactamente como se ven en las fotos retocadas con el celular. A esto le llaman dismorfia de Snapchat.

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Por Mireya Amaya

2019-02-08 6:27:22

El hecho de hacerse selfies no es cosa de estos tiempos modernos, de hecho se cree que el primer autorretrato se realizó en Filadelfia, Estados Unidos, en 1839. Sin embargo el primer uso conocido del término se dio en 2002, y para 2013 los diccionarios Oxford eligieron la palabra selfie como la ‘palabra en inglés del año en 2013’.

El tema con este tipo de fotografías sería como cualquier otro de nuestros días, de no ser porque con el avance de la tecnología, las mejoras en las cámaras y el uso de filtros en los smartphones están provocando que algunas personas se obsesionen con su apariencia y busquen soluciones cosméticas.

De acuerdo con una publicación de la revista médica JAMA, los investigadores del departamento de dermatología del Boston Medical Center (BMC, por sus siglas en inglés) han alertado sobre la aparición de un nuevo fenómeno en las consultas a los cirujanos plásticos. Se trata de pacientes que acuden para pedir labios más llenos, ojos más grandes o una nariz más delgada, como los que se ven en los filtros fotográficos.

Esa tendencia se ha denominado “Dismorfia de Snapchat”, se identificó por primera vez en 2015 y es causa de alarma entre los profesionales, pues se trata de un tipo de Trastorno Dismórfico Corporal (TDC).

Este, según la Clínica Mayo, es un trastorno mental en el que quien lo padece no deja de pensar en uno o más defectos percibidos en su apariencia, los cuales para los demás son menores o peor aún ni siquiera los perciben.

Los síntomas
Según la Clínica Mayo, los siguientes son síntomas del Trastorno Dismórfico Corporal:

– Preocuparse en exceso por un defecto percibido en la apariencia que los demás no ven o ven como algo menor.

– Creer sólidamente que se tiene un defecto en la apariencia que hace a la persona desagradable o deforme.

– Involucrarse en comportamientos que procuren corregir o esconder el defecto percibido que son difíciles de resistir o controlar, como verse al espejo, asearse o arrancarse la piel frecuentemente.

– Acudir a cuanto médico especialista se pueda, como cirujanos, dermatólogos, para buscar una solución al “defecto” o a la “imperfección”.

– Realizar procedimientos estéticos frecuentemente sin quedar satisfecho.

– Intentar esconder los defectos percibidos a través del peinado, el maquillaje o la ropa.

– Comparar constantemente la apariencia con la de los demás.

– Tener tendencias perfeccionistas.

Consejos
El Centro de Psicología y Psiquiatría Área Humana de Madrid ofrece tres consejos que son esenciales para sentirse mejor con la propia imagen sin cambiar el aspecto externo:

– Reflexiona sobre si realmente cambiar esa supuesta imperfección de tu cara o de tu cuerpo hará que te sientas mejor.

– Antes de tomar decisiones que impliquen intervenciones quirúrgicas, piensa en otras estrategias, como la posibilidad de aprender a aceptar tu imagen como algo natural y bueno.

– Es mejor afrontar que evitar. Intenta relacionarte con los demás, que no sean las creencias sobre tu aspecto físico las que limiten tu vida.