El miedo también engorda, 10 consejos para no comer por ansiedad en la cuarentena

El cambio de la rutina y el encierro en casa genera ansiedad en la población mundial, razones por la cuales muchos podrían comer de manera poco saludable y por ende subir de peso. Una endocrinóloga brinda consejos para cuidar la alimentación durante el confinamiento.

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Por EFE/Agencias

2020-03-27 10:10:35

El encierro en los hogares por culpa del coronavirus ha hecho saltar otra alarma: a menos movimiento, más kilos. “El confinamiento exige un sacrificio extra: comer menos”, recomendó la endocrinóloga Clotilde Vázquez, quien además advirtió: “El miedo también engorda”.

Disminuimos la actividad física y atracamos la nevera con más frecuencia, pero también la ansiedad, el miedo y el estrés de una situación nunca antes vivida hace que nuestro cuerpo reaccione. “Que nadie se extrañe si tiene más hambre. El miedo hace almacenar grasa”, afirmó esta especialista, jefa del Servicio de Endrocinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, España.

“Este estrés emocional, este estado de inquietud generado por el coronavirus moviliza una complejidad de hormonas y neurotransmisores que nos hace almacenar más energía, tener reservas”, aseguró Vázquez.

Un mecanismo ancestral en el ser humano que hace millones de años les preparaba para épocas en las que había menos alimentos y que ahora se activa ante una situación que rompe la rutina habitual y nos genera ansiedad. “Hace que comamos más y que escojamos productos más calóricos, como chocolate, embutido, queso… Pero tenemos que combatirlo con otros alimentos saciantes y con menos calorías, como frutas y verduras, que nos aportan vitaminas, minerales y agua”, afirmó la experta la endocrinóloga, quien brindó algunos consejos:

 

1. Planifica una compra cada tres días y llena el carrito de frutas y verduras de todo tipo.

2. Desayuna a base de pan integral, un poquito de aceite de oliva y tomate natural. Incluso se le puede añadir proteína, como atún o pavo.

Desayuno
Huevos y una tostada con aguacate, sazonada con hierbas y chile rojo.

3. Un primer plato siempre de ensalada o verdura, tanto para comer como para cenar. “Es mejor la verdura entera que en puré, es más saciante”, recomendó.

4. Un segundo plato con alimentos proteicos: pescado, carnes, huevos o pollo.

5. Otra posibilidad es el plato único, siempre precedido de ensalada. Y para eso lo ideal son los potajes de legumbres con verduras y añadir un poco de carne, pollo o pescado. “La legumbre no es tan calórica como muchos creen, un guiso completo puede tener 350 calorías en una dieta de 1,500”, indica. Prohibido añadir ingredientes altos en calorías, como las salsas, las pastas y al arroz, mejor integrales.

6. Entre horas no hay que mirar lo que tenemos en el refrigerador, tan solo abrirla y coger fruta, como el saciante guineo, o un yogur con un puñito de semillas.

 

7. El agua y las infusiones también ayudan a tener el estómago entretenido y el alcohol, mejor evitarlo. Cuidado con esa cerveza o vino con los que compensamos estar encerrados, mejor dosificarlos.

8. El pan se debe restringir, “es muy adictivo, como la pasta”, y reservarlo para el desayuno y por supuesto en su versión integral. Los niños sí pueden tomar bocadillos para merendar y, por supuesto, el mismo menú recomendado a los ancianos.

9. Come y cena a mesa puesta y sin televisión. Estar pendiente de la pantalla hace que inconscientemente comamos más.

10. Haz ejercicio de 20-30 minutos dos veces al día para controlar la inquietud y quemar calorías. Por Internet se pueden seguir tutoriales, desde zumba y yoga hasta estiramientos y relajación.