Una enfermedad venosa se produce debido a la dilatación de las venas de las piernas y se convierte en crónica cuando se mantiene de por vida; es decir, una vez te hagan el diagnóstico al paciente, es necesario continuar el control durante toda la vida.
Sin embargo, existen muchas personas que creen que la enfermedad venosa hace referencia únicamente a las várices, pero la respuesta es “no”.
Para entender la diferencia, cabe mencionar que la enfermedad venosa se divide en seis etapas y las várices solamente en una.
La primera etapa de la enfermedad venosa es cuando salen las conocidas como “arañitas”, las cuales tienen un aspecto muy desagradable y muchas mujeres optan por eliminarlas. La segunda es cuando estas várices se vuelven visibles, aunque, cabe mencionar, que hay algunas que no se ven.
La tercera etapa llega cuando se presenta inflamación en pies y tobillos y, hay que agregar que no es necesario tener várices para llegar a esta fase.
La cuarta aparece cuando se empiezan a notar cambios en el color de piel y se vuelve más oscura, sobre todo en el área de los tobillos. Además, de estos síntomas, aparece resequedad y picazón en las piernas.
En la quinta etapa se manifiesta con la presencia de una úlcera que ya cerró y la última fase es cuando la úlcera queda abierta.
La secuencia de estas etapas no es lineal; es decir, pueden aparecer várices sin “arañitas” o inflamación sin várices o incluso úlceras sin otro síntoma.
Por eso es, importante que detectes a tiempo si padeces de esta enfermedad para controlarla a tiempo. Si se ignora cualquiera de estos indicios, la enfermedad avanzará y será solo cuestión de tiempo para empeorar.
