Los temores que genera la crisis sanitaria mundial, así como la medida del distanciamiento social, afectan de forma significativa la sexualidad de las parejas durante la actual pandemia. Dicha situación persistirá incluso después de iniciarse la “nueva normalidad”, según lo planteado en abril pasado por Antonio Bolinches, vicepresidente de la Sociedad Catalana de Sexología, en entrevista con la agencia EFE.
El psicólogo clínico y terapeuta de pareja indicó que el temor a contagiar o a contagiarse empujará a las personas a ser más “evitativas” con la sexualidad y a preferir la autosatisfacción o el sexo cibernético.
Y aunque en países como China se han reportado incrementos en el número de divorcios, no significa que las parejas estables tengan que rendirse ante la falta de apetito sexual.
Es válido recordar que al margen de la emergencia por coronavirus la falta de este tipo de deseo está presente a lo largo de la vida de mujeres y hombres. La Clínica Mayo enfatiza que la inapetencia sexual se fundamenta en “una interacción compleja de muchos factores que afectan la intimidad, como el bienestar físico y emocional, las experiencias previas, las creencias, el estilo de vida y la relación actual”.
Esta disminución del deseo está relacionada con una diversidad de causas y estas varían de una persona a otra. El sitio web de dicho centro asistencial detalla algunas de las situaciones que afectan la falta de deseo en el sexo femenino: