El coronavirus y las secuelas psicológicas

La pandemia actual es una fuente de miedos y angustias, y aunque cada persona sobrelleva la realidad de manera distinta, los psiquiatras y psicólogos advierten que ciertos sectores de la población son más vulnerables y no deben descuidarse.

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Foto Por EDH / Shutterstock

Por Aurélie Mayembo / AFP

2020-04-19 4:30:35

Miedo al contagio o ansiedad por el aislamiento. La crisis del coronavirus y el confinamiento podrían dejar secuelas a nivel psíquico, así lo confirmaron los profesionales, quienes están preocupados por las personas más vulnerables.

“Angustia, depresión, insomnio, problemas cognitivos… de todo eso, tendremos”, vaticinó el psiquiatra Serge Hefez, quien —como muchos colegas— cerró su gabinete y ahora pasa consulta por Skype.

La situación inédita que ha creado la epidemia, surgida a finales de 2019 en China, ya llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a publicar, a principios de marzo, una serie de recomendaciones para la salud mental de la población, esté aislada, sea de avanzada edad o trabaje en el ámbito sanitario.

Levantar una barrera ante las informaciones falsas, consideradas dañinas, y animar al diálogo en caso de estrés son algunos de los consejos dados.

Con la propagación del virus y las medidas de confinamiento, “constatamos la llegada de nuevos pacientes, que ya padecían problemas psíquicos. Este periodo los somete a unas situaciones emocionales muy difíciles de gestionar”, manifestó la psiquiatra Fatma Bouvet de la Maisonneuve.

Entre las angustias detectadas durante sus horas de (tele) consulta, la experta destacó: “Miedo a la muerte, al contagio, al síndrome de abstinencia en el caso de los ‘adictos’ ansiosos, a los conflictos familiares o dentro de grupos delicados, al aburrimiento, a estar encerrado, a no saber qué ocurrirá, a que bajen los ingresos, al inmovilismo, al aislamiento, a tener que estar consigo mismo”.

Escenario de desastre
De todos los escenarios de desastre, la epidemia paralizando una parte del planeta era, quizá, la menos plausible para muchos, tras años marcados por una crisis financiera, diversos atentados y la emergencia climática.

Y a ello precisamente se debe el trauma, consideró el psicoanalista Roland Gori, quien ha trabajado sobre las repercusiones de los atentados en Francia.

“El trauma llega cuando uno no ha podido prepararse para un acontecimiento (…) Si conoces el peligro que va a llegar, te preparas. El trauma psíquico no es en absoluto comparable con las heridas” infligidas, analizó.

Un sentimiento que, hasta hace poco, todavía se traducía en la negación de algunos pacientes, quienes seguían tendiéndole la mano al saludarle, o el pánico de otros, que tenían la sensación de que algo “se está hundiendo en nuestra manera de vivir”.

Una reacción clásica a las epidemias, subrayó Serge Hefez, particularmente ancladas en nuestro imaginario por la peste negra de la Edad Media o la gripe española del siglo XX.

“Lo primero que surge es la anomia (introducida por el sociólogo Durkheim), la angustia a que terminen los vínculos sociales, la ausencia de normas, el pánico del saqueo”, subrayó.

A eso se añadió el problema del miedo al contagio, reforzado por el carácter invisible del virus.

El problema de las estructuras cerradas
Otra inquietud: morir de hambre (lo que lleva a la gente a hacer acopio de reservas), “que es la prueba de un reflejo vital, la libido, es decir, las ganas de vivir cuando tenemos miedo a morir, a estar solo o a la escasez”, agregó Roland Gori.

Pero, ante una situación inédita, reacciones inéditas: el confinamiento a gran escala impuesto en varios países del mundo, siguiendo el ejemplo de China, podría poner a prueba la salud psíquica de algunos, y más aun teniendo en cuenta que muchas de las estructuras dedicadas a ésta están cerradas.

“Los que están en familia parecen soportar mejor la situación que los que están aislados, lo que podría provocar daños de los que todavía no somos conscientes”, señaló el psicoanalista.

“No sabemos qué provocará la soledad ni qué conllevará ser un contagiado”, apuntó. Un cúmulo de situaciones que pueden conducir a un consumo excesivo de alcohol, de tabaco o de drogas.

Dentro de los grupos o de las células familiares, el confinamiento también ha dado lugar a problemas: frustraciones, trastornos y, a veces, violencia.

“Los conflictos con los adolescentes aumentan, pues ellos no son necesariamente conscientes (de la situación) y desean seguir saliendo con sus amigos. Algunas personas ancianas también quieren vivir como antes, pues sienten que no tienen nada que perder”, observó Fatma Bouvet de la Maisonneuve.

Pon atención a las reacciones. Ante la problemática sanitaria, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) hace un llamado a estar pendientes de algunas reacciones comunes ante la pandemia:

– Temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos.
– Cambios en los patrones de sueño o alimentación.
– Dificultades para dormir o concentrarse.
– Agravamiento de problemas de salud crónicos.
– Agravamiento de problemas de salud mental.
– Mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.

Consejos para sobrellevar el estrés por la crisis sanitaria. Asimismo, el CDC da cuatro recomendaciones para lidiar con el estrés y la ansiedad:

– Tómate descansos y deja de mirar, leer o escuchar las noticias. Esto incluye redes sociales. Escuchar hablar de la pandemia reiteradamente puede afectarte.
– Cuida tu cuerpo:
Haz respiraciones profundas, ejercicios de estiramiento o meditación.
Trata de comer alimentos saludables y comidas bien balanceadas.
Haz ejercicio y duerme bien.
Evita consumir alcohol y drogas.
– Hazte un tiempo para relajarte. Trata de hacer otras actividades que disfrutes.
– Comunícate con otras personas. Habla con las personas en quienes confías sobre sus preocupaciones y cómo te estás sintiendo.