¿Cada cuánto tiempo es conveniente cambiar las almohadas?

Hongos, ácaros, polen, saliva y otras secreciones corporales pueden acumularse en la cama y convertirse en foco de infecciones. Para evitar problemas de salud debes ponerle interés al aseo de cabecera y fundas.

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Especialistas recomiendan ponerle atención a la limpieza de las fundas de las almohadas, ya que el rostro está en contacto directo con ellas y puede ocasionar la aparición de espinillas. Foto Pixabay

Por Osmín Monge

2020-08-05 11:28:15

¿Te levantas con la piel irritada?, ¿Te da un ataque de estornudos cuando estás en tu cama? o ¿Amaneces con la nariz congestionada? No es por alarmarte, pero todos esos malestares podrían ser culpa de las almohadas que, si no están limpias, atraen todo tipo de alérgenos.

Según Philip Tierno, microbiólogo y patólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, el polvo contenido en el ambiente “se deposita en las almohadas y sábanas y se inhala durante unas ocho horas al día, es decir, el tiempo que pasas en la cama”.

No es para meterte más miedo, pero no solo es polvo lo que contienen las cabeceras, fundas, sábanas, forros y cobertores. La lista de lo que, según Tierno, anida en la cama es realmente terrible. En ella puede haber “hongos, bacterias, pelo de animales, polen, pero también varios residuos del cuerpo humano, como sudor, orina, células de la piel, saliva y otras secreciones corporales”.

Las cabeceras pueden acumular ácaros, microbios y hasta fluidos corporales. Foto Pixabay

Diferentes estudios ha calculado que una persona de tamaño medio puede liberar hasta 100 litros de sudor por año en la cama y que las almohadas de plumas o de material sintético, pueden contener de cuatro a 17 especies diferentes de hongos.

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Los almohadones también son los lugares favoritos de los ácaros, que pueden agravar el asma y causar alergias tales como rinitis y urticaria. Para evitarlos, lo mejor es usar almohadas o fundas elaboradas con materiales naturales como el algodón o el lino.

Investigadores de la Universidad de Manchester han descubierto que las almohadas pueden contener hasta 16 especies diferentes de esporas de hongos, incluyendo Aspergillus fumigatus, una germen común que puede causar infecciones respiratorias graves en personas con inmunodeficiencia. Pero todavía hay algo más aterrador: los científicos revelaron que cada una de esas mullidas cabeceras pueden contener un millón o más de microbios.

Con todos estos datos preocupantes, la solución obvia e inmediata es lavarlas con frecuencia, pero, también es importante considerar comprar un juego de fundas.

Para evitar problemas de salud lo mejor es usar almohadas o fundas elaboradas con materiales naturales como el algodón o el lino. Foto Pixabay

A pesar de todos estos datos, es probable que te preguntes “¿cada cuánto debo cambiar las almohadas?”. La respuesta dependerá de la calidad y del tipo de cabecera que uses.

Según los especialistas, las mejores almohadas son de gel y ergonómicas, las cuales se deben cambiarse, como máximo, cada dos años. Sin embargo, si posees una almohada convencional, lo recomendable será reemplazarla de acuerdo al uso que le des.

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En el caso de niños y adultos mayores, el accesorio debe reemplazarse cada cuatro meses; los adultos que poseen un buen sistema inmunológico deben reemplazarlas por lo menos dos veces al año.

Respecto a la funda y a la repercusión directa que tiene su estado de limpieza sobre la piel y el cabello, la frecuencia de lavado se acorta aún más.

Según la gurú de limpieza Shannon Lush las fundas de las almohadas deben cambiarse cada dos días, ya que el rostro y el cabello están en contacto directo con ellas y puede ocasionar la aparición de espinillas en la cara si no están suficientemente limpias.