Muchas veces se le presta muy poca atención al cuidado que se le da a los oídos, la mayoría de personas comienzan a hacerlo cuando sufren alguna enfermedad o es demasiado tarde.
Son muy pocas las personas que están atentas a lo que ocurre con sus oídos, ya que son órganos que pasan desapercibidos hasta que surge en ellos algún dolor o malestar.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU., el oído tiene tres partes principales: externo, medio e interno; para oír se utilizan todas ellas y deben estar cuidadas.
Una de las formas de dañar tus oídos es obstruir la salida del cerumen (cera), esto puede provocar desde tapones hasta infecciones que generan mucho dolor.
“El conducto auditivo externo está revestido por folículos pilosos. También por glándulas que producen un aceite ceroso denominado cerumen. La cera casi siempre se abre paso hasta la abertura del oído. Una vez ahí se cae o se elimina mediante lavado”, detalla la institución estadounidense.
Introducir en los oídos objetos extraños o exponerlos a estrepitosos ruidos pueden también ser detonantes para que termines con el médico.
Toma en cuenta estos consejos para mantener resguardados e intactos tus preciados oídos.