El cáncer de laringe es una enfermedad que por estar en un órgano tubular ubicado en la parte interior del cuello y en el que además se encuentran las cuerdas vocales, afecta directamente las vías respiratorias y la voz. Un diagnóstico de este tipo genera un cambio total en la vida de los pacientes. Tanto, que tienen que decidir entre alargar sus días de vida y perder la voz o seguir con voz pero con poca esperanza de sobrevivencia.
Según la Sociedad Americana del Cáncer este tipo de cáncer se origina cuando las células del cuerpo comienzan a crecer descontroladamente. Tiene la particularidad de mutilar una de las característica del ser humano, la comunicación verbal.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, los principales factores desencadenantes del cáncer de laringe son el consumo de alcohol y el tabaquismo. Pero que es impredecible decir que si una persona tiene o no esos hábitos, puede padecer la enfermedad.
El otorrinolaringólogo Raúl Hernández explica que “(en el país) más del 90% de los pacientes con cáncer de laringe tienen antecedentes de consumo intenso de tabaco y alcohol. Es de subrayar que el tabaquismo de segunda mano es igual de dañino que en los fumadores. Estamos viendo un incremento de cáncer de laringe en mujeres no fumadoras porque el cónyuge o amigos fuman”.
Según el especialista, actualmente hay una relación de 4 hombres por 1 mujer en cada 5 casos mensuales que se tratan en el hospital Rosales. El 90% de los hombres son tabaquistas y con alto consumo de alcohol, las mujeres generalmente son fumadoras de segunda mano.
En el caso de la consulta privada, el médico explica que de tres casos, dos son hombres y uno mujer, según detalla son muchos menos casos debido a la mayor prevalencia de mujeres tabaquistas en estratos socioeconómicos altos.
No así, el médico especialista menciona que el resto de los casos se relacionan con antecedente de infección de virus de papiloma humano en laringe, reflujo gastroesofágico , inhalaciones de gases o sustancias tóxicas como el asbesto que encontramos en los techos de casas viejas de más de 25 años.
Los síntomas de este tipo de cáncer son muy parecidos a un proceso gripal, por ejemplo se presenta dolor de oído, de garganta, cambio de voz o ronquera, con la diferencia de que se vuelven casi permanentes. Es entonces, cuando comienza un largo proceso para que un paciente reciba su diagnóstico confirmado.
Violeta Palomo, ejecutiva de ventas; Noel Maldonado, predicador y Pedro Montalvo Tobías, entrenador de fútbol, fueron diagnosticados (en diferentes momentos) con cáncer de laringe, su travesía de sobrevivencia está marcada por incansables visitas al médico en diferentes centros de salud, con varios especialistas y diferentes diagnósticos.
Tanto Violeta como Noel y Pedro, se enfrentaron a una dura realidad cuando al saber que su problema era un cáncer de laringe, su doctor les dijo: “Quitar la laringe para seguir viviendo pero quedar sin voz o no someterse a una cirugía y morir en un corto tiempo”. Una decisión que marcaría sus vidas y la de sus familias.
Estas son las historias de vida, de esperanza y sobrevivencia de tres salvadoreños que decidieron reiniciar su vida. El cáncer les quitó la voz pero no sus ganas de vivir y volver a hablar.
El RELATO DE VIOLETA PALOMO, EJECUTIVA DE VENTAS
Una ronquera prolongada generó en Violeta Palomo una alerta de que algo no andaba bien en su salud, desde julio 2012, consultó en varias ocasiones con diferentes médicos pero el diagnóstico y tratamiento siempre fue para laringitis. Tras seis meses de un incansable interés por conocer qué era lo que realmente le pasaba a su garganta, acudió al hospital San Rafael en Santa Tecla, donde finalmente en febrero 2013 se le dijo que había un tumor.
“Perdí mi empleo, porque claro mi rendimiento bajó, gasté todos mis ahorros de médico en médico y nadie me pudo diagnosticar. Otorrino, gastroenterólogo, alergista. Me desmoralicé, lo que pensé fue que quizá después del mal uso de la voz así quedaría”, cuenta la profesional.
Violeta relata que el médico cuestionó porqué había consultado tan tarde, sin embargo, ella sabía que la realidad era otra. “Expliqué todo mi recorrido, me dieron una referencia al hospital Rosales de emergencias. En marzo me hicieron exámenes y me operaron en abril, en mayo me dieron la respuesta donde confirmaron que en efecto era cáncer de laringe”, dice.
Al confirmar que se trataba de cáncer y que el tumor había crecido considerablemente, el doctor le dijo que no había ninguna otra alternativa más que una cirugía, eso significaba perder la voz para seguir viviendo. “Para mí todos los cánceres son terribles y todos son letales, sin embargo este mata algo más que la vida misma, lo que sucede es que aunque uno sobreviva al cáncer el hecho de perder la voz, interfiere en todas las relaciones humanas”, asegura Violeta.
“La base de todas las relaciones humanas es la comunicación verbal, en el hogar, la relación con los hijos, la familia, el trabajo. Si nos ponemos sentimentales, ya no podemos decirle “te amo” a nuestros hijos o seres queridos. El habla es tan primordial para la sobrevivencia, esa parte del cáncer de laringe es lo más duro“, sostiene.
Violeta fue laringectomizada, – nombre médico de la cirugía practicada para extirpar la laringe en la garganta y que puede ser total o parcial-, en el caso de Violeta fue total, por lo que le fue quitada la laringe y las cuerdas vocales; quedando casi imposibilitada para hablar. Casi, porque después de su intervención quirúrgica comenzó a realizar una serie de ejercicios para hablar con voz esofágica.
La experiencia de Violeta la hizo valorar el entorno al que se enfrentaban los pacientes de cáncer de laringe, quienes en muchas ocasiones, al no tener voz, son ignorados en los hospitales, en el sentido de que, les es más complicado comunicarse y pedir atención. Asimismo Violeta experimentó las pocas oportunidades de rehabilitación para recuperar la voz. Ante dicho contexto, decidió crear una fundación para pacientes que al igual que ella necesitan una atención personalizada.
NOEL MALDONADO, PREDICADOR
Noel Maldonado, de 71 años, es pensionado y se describe como un hombre que siempre ha tenido un rostro alegre y es muy platicón. Antes de ser diagnosticado, en 2016, con cáncer de laringe cuenta que predicaba la “Palabra de Dios” en diferentes lugares, cosa que no ha dejado de hacer aun cuando no tiene una voz audible, porque eso para él es la clave para mantenerse con la esperanza de vida.
“Para mi es importante mostrar un rostro alegre para compartir las buenas nuevas del Señor para que otros conozcan de Cristo”, asegura.
Reconoce que el diagnóstico y la cirugía para él representó un cambio drástico en su vida porque incluso le cambió hasta la alimentación.
Agregó que “Cuando me diagnosticaron el cáncer de laringe el doctor me dijo que no iba a volver a hablar, y me dio risa porque sabía que Dios me iba a dar una nueva voz. Me considero un guerrero para ganar almas para Cristo. Tengo el sueño de que cuando vuelva a hablar voy a predicar con más fuerza”, sostiene.
Mientras su sueño de volver a predicar lo cumple, Noel está comenzando a tener una nueva voz con los ejercicios de rehabilitación y aún así no pierde la oportunidad para predicar con Biblia en mano a las personas que se encuentra a su alrededor.
PEDRO MONTALVO TOBÍAS, ENTRENADOR DE FÚTBOL
La vida de Pedro Montalvo giró en torno a la formación de nuevos deportistas, su amplia trayectoria lo hizo acreedor de muchos logros y trofeos con los equipos que dirigió, el último fue un equipo de conformado por jóvenes universitarios de la Don Bosco. Pero su vida dio un cambio inesperado cuando en 2012 después de recibir tratamientos por supuestos problemas respiratorios como alergias e infecciones, fue diagnosticado con cáncer de laringe.
Según Pedro Montalvo Tobías, el diagnóstico fue una realidad difícil de asimilar sobre todo cuando su trabajo dependía de dirigir, a voz fuerte, a otros para lograr jugadas de éxito en el deporte que le apasiona, el fútbol.
El profesor de educación física cuenta que por naturaleza él era ronco pero cada día su voz lo era más. “Me preocupé pedí que me enviaran a un especialista, me hicieron laringoscopia y me detectaron una chibolita gris”, relata.
Tras dicho examen fue referido a un otorrinolaringólogo para evaluar y proceder a una biopsia, la cual dio como resultado cáncer. El médico le explicó las tres cosas que se podían hacer en su caso: quimioterapias, radiación y una operación. Por la condición en la que se encontraba su tumor, el proceso comenzó con 40 quimioterapias, pero el resultado no fue el esperado, el tumor seguía. Por lo tanto, el siguiente paso fue someterse a radioterapias, 35 para ser exactos.
Quizá esta parte del proceso fue la más difícil para Pedro, cuenta que en la tercera semana del tratamiento no podía tragar ni hablar, se sentía quedamos interna y externamente. “Llegué a un momento en que no quería seguir, pero el doctor sugirió terminarlo para esperar buenos resultados, y lo hice”, cuenta.
Sin embargo, al finalizar dicho tratamiento, el tumor seguía en la laringe por lo que la opción de realizarse una cirugía era la única y última opción que quedaba. Al igual que Violeta Palomo, en ese momento el doctor le dijo que las dos opciones que tenía eran: operarse y vivir más tiempo pero se quedaría sin hablar o no operarse pero con un tiempo de vida impredecible.
“Mi esposa se bajoneó, pero le dije que el del cáncer era yo y que había que levantar el ánimo”, dice.
Desligarse de su trabajo no fue fácil, pero los últimos partidos que dirigió fueron exitosos, ya que además de ser un buen entrenador, el cariño de sus jugadores hacia él, era una motivación extra para ganar cada partido jugado.
En 2014 Pedro Montalvo, el querido profesor de física y entrenador de fútbol fue homenajeado por jugadores que reconocieron su valentía por la vida y la pasión por el deporte, un momento inesperado pero muy emotivo para él.
Actualmente Pedro se encuentra en proceso de recuperar su voz, no se pierde ninguna terapia porque reconocer que el esfuerzo y la disposición hacen la diferencia para volver a tener una voz.
Los pacientes que deciden por una cirugía, se someten a una laringectomía, la cual consiste en extirpar la laringe de la garganta. Algunos efectos que deja en las personas son perder el sentido del olfato y el gusto, la forma de respirar cambia, ya que de por vida lo hace por un agujero practicado en la parte baja del cuello y la respiración se hace directa a los pulmones, por eso el aire se respira sin filtrar, sin calentarlo y ni humedecerlo.
De acuerdo al otorrinolaringólogo, Raúl Hernández, la cura del cáncer de laringe, definida como supervivencia libre de enfermedad para 5 años en etapas tempranas, es del 95%; sin embargo en etapas tardías no sobrepasa el 50%. Por lo que enfatiza la importancia de consultar a tiempo y evitar hábitos de tabaquismo y alcohol, ya que son los factores de riesgos con más incidencia para este tipo de cáncer.
