Con la llegada de un bebé a la familia, los padres no quieren perderse ni un solo segundo cada uno de sus detalles, cada gracia que el pequeño haga.
Un recién nacido sonríe por primera vez entre la cuarta y sexta semana de vida, ésta es una de las cosas que las personas consideran más hermosas, aunque al principio la sonrisa del pequeño puede ser por razones desconocidas o inclusos como un reflejo.
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Los investigadores utilizaron una técnica en dos gemelas para hacerlas resistentes a enfermedades como el VIH, el cólera o la viruela.
Sin embargo, la sonrisa no siempre significa que todo anda bien, esto fue precisamente lo que ocurrió con el caso de un bebé llamado Jack. Según The Sun, a las dos semana Gemma y Ed, padres del pequeño, notaron que su hijo comenzó a reírse y como era lógico, ellos pensaron que sería un niño muy alegre.
Con el tiempo la risa de Jack se intensificó y se volvió más constante, hasta el punto de parecer un ataque de risa y aunque ellos pensaban que el bebé era inmensamente feliz, prefirieron consultar al médico.
Después de una serie de exámenes, el pediatra determinó que la risa era producto de un “hamartoma en el hipotálamo”, es decir un tumor cerebral benigno.
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Un simple beso puede transmitir muchas enfermedades.
Así pasaron dos años, la risa de Jack ocultaba la terrible enfermedad que sufría. Después de los exámenes fue operado, la intervención duró 10 horas y fue todo un éxito.
Los especialistas aseguran que este mal es muy extraño y que solo lo padece 1 de cada 10 niños que con diagnóstico de epilepsia, ya que es un mecanismo que utilizan para liberar energía.