De seguro ya te ha sucedido que al escuchar una canción en particular se te han estimulado los sentidos, los recuerdos, la imaginación o tu estado de ánimo. Es probable que ante las notas de una melodía hayas experimentado una alegría desbordante o, caso contrario, tristeza, melancolía o añoranza. Y es que, como dijo Platón, “la música da alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza y vida y alegría a todas las cosas”.
Está comprobado que la música puede afectar física y mentalmente de distintas maneras; también se ha descubierto que cada género musical provoca un estado de ánimo diferente. Por ejemplo, usualmente una pieza clásica de Schubert no provocará tanta euforia y alegría como una canción de rock o de género tropical.
“Algunos tipos de música estimulan la creatividad y la imaginación, otros ayudan a establecer relaciones interpersonales sanas y a integrarse a la sociedad y a su medio ambiente”, manifiesta Laura Santos, sicóloga.
Ciertos géneros musicales, sobre todo los que están ligados al baile, brindan un mejor acondicionamiento físico y, a veces, apoyan procesos terapéuticos.
¿Sabes por qué algunos olores despiertan la felicidad y la nostalgia?
Ciertos aromas, como el que emana el pan recién horneado o los libros nuevos, tienen el poder de provocar un estado de ánimo placentero, de evocar el pasado y de recordar viejos momentos. ¿Por qué sucede esto? Aquí lo descubrirás.
“La salsa, el merengue y el pop, por ejemplo, pueden llegar a mejorar las habilidades lingüísticas, la creatividad y la felicidad. En algunos casos, ayudan a disminuir la ansiedad y el dolor, provoca una curación rápida e incrementa el optimismo”, dice la sicóloga Santos.
La música también ayuda a sanar algunas enfermedades neurológicas como el alzheimer, parkinson y autismo.
No importa si lo que escuchas es Mozart, Los Hermanos Flores, Luis Miguel o Guns and Roses, lo cierto es que las notas musicales generan cambios positivos en nuestra conducta.