La lactancia materna es un periodo en la vida de las mujeres en el que ofrecen al recién nacido un alimento óptimo y adaptado a sus requerimientos. No se trata sólo de una etapa destinada a alimentar, sino también de un período en el que se generan grandes cambios.
Es por ello, que contar con información adecuada en este proceso puede significar para la madre y su familia una enorme diferencia, ya que una información errónea puede hacerla desistir de alimentar con leche materna o hacerlo de forma incorrecta. Estos son algunos cambios que provoca la lactancia materna, según el Centro de Apoyo de Lactancia Materna El Salvador (CALMA).
1.Capacidad de producción de leche
El organismo de la madre se prepara para la etapa de lactancia materna durante el embarazo, al producirse cambios fisiológicos dirigidos al desarrollo de las glándulas mamarias y a facilitar la producción de leche materna, que es considerada el estándar de oro de la alimentación infantil.
En el embarazo, el organismo de la gestante almacena de 2 a 4 kilos de reservas grasas que serán utilizadas posteriormente para la formación de la leche. Las mamas son funcionalmente capaces de producir leche a partir del cuarto o quinto mes de gestación, sin embargo esto no sucede en todas las mujeres debido a que los niveles de progesterona y estrógenos ejercen un efecto de inhibición.
Lo primero que se produce es el calostro, que es el líquido amarillento secretado por la glándula mamaria durante los últimos meses del embarazo y en los primeros días que siguen al parto, es altamente nutritivo y rico en propiedades anti infecciosas, células vivas, inmunoglobulinas y anticuerpos que lo constituyen en la primera inmunización para el bebé. A esto le sigue la leche de transición, que tiene un mayor contenido de grasa, lactosa y vitaminas hidrosolubles, la cual va cambiando hasta alcanzar la composición de la leche madura.
Es importante decir que el tamaño o la forma de los pechos no influye en la producción de leche, ya que esta depende de la succión y estimulo adecuados y frecuentes que hace el recién nacido.
2.Adaptabilidad de la leche materna
Una de las muchas ventajas de amamantar es que la leche materna cambia de acuerdo a los requerimientos de cada bebé, se adapta a su crecimiento y aporta en cada momento los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo, es por ello, que se le define como el estándar de oro de la alimentación infantil.
Otro elemento importante es que también cambia de sabor en función de los alimentos que ingiere la mamá y de esta manera es más probable que el bebé se adapte a los alimentos que recibirá más adelante en la etapa de alimentación complementaria, que inicia después de los seis meses de vida, ya que ha tenido previamente la oportunidad de haber percibido distintos sabores a través de lo que consume su madre.
Las madres que amamantan pueden darse cuenta que existen diferencias entre la leche del principio, que es más líquida y ligera, y entre la del final que es más espesa y grasa, es por ello que el bebé no necesita ingerir nada más que leche de su madre durante la lactancia materna, ni siquiera agua, ya que la leche inicial calmará su sed y la del final, calmará su apetito y le dará la grasa muscular.