Conciliar el sueño es para muchos un problema que a la larga genera estrés. La Clínica Mayo establece que esta dificultad para dormir o mantener el sueño provoca que el individuo se despierte demasiado temprano y pierda las ganas de dormir.
Desafortunadamente impacta el estado de ánimo, genera cansancio, dificulta un buen desempeño laboral y en general, trastorna la calidad de vida y la salud.
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El reporte ofrece una luz importante para el tratamiento de este problema, que causó la muerte a cerca de 44,000 estadounidenses en 2016
Los antecedentes
La falta de sueño fue estudiada cuidadosamente durante la Primera Guerra Mundial. Los soldados permanecían atrincherados esperando órdenes para atacar. Usualmente no conocían el terreno, así que los proyectiles volaban por todos lados. Al salir de su escondite podía sucederles cualquier cosa. En tanto unos eran aplastados por las bombas, otros se quedaban como testigos de la masacre.
De ahí derivó el interés por estudiar el insomnio, ya que muchos soldados quedaron traumatizados e impactados de lo que veían. Permanecían en shock y tenían pesadillas.
La situación empeoró cuando algunos experimentaron la pérdida de la razón. El ejército comenzó a perder muchos combatientes, no solo por la falta de sueño y las pesadillas, en un punto comenzaron a confundir la realidad con sus recuerdos.
Sin embargo la situación quedó estancada como uno de los muchos efectos que dejó la guerra. Cuando el mundo vivió la Segunda Guerra Mundial, nuevamente los soldados fueron afectados por el estrés y el insomnio.
Con dos experiencias y suficientes afectados, la Escuela de Pre Vuelo de la Marina de los Estados Unidos estableció un método, comprobado científicamente, para conciliar el sueño en menos de dos minutos.
Actualmente se encuentra escrito en el libro “Relax and Win: Championship Performance In Whatever You Do”, de Lloyd Bud Winter, publicado originalmente en 1981.
¡A dormir se ha dicho!
El método consta de cuatro pasos.
1- En primer lugar, la persona debe comenzar a relajar los músculos de la cara uno a uno, incluyendo lengua, pómulos, frente, mandíbula y los seis músculos que rodean las cuencas oculares.
Tiene que percibir una sensación de alivio, que usualmente no tenemos porque apretamos los ojos o estamos con el ceño fruncido.
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2- El segundo paso es concentrarse en los hombros, relajarlos y dejarlos caer tanto como se pueda. Hacer lo mismo con los brazos, primero uno, después el otro.
3- Luego hay que controlar la respiración y relajar el pecho. Al tiempo que hacemos esto hay que relajar las piernas como se hizo con los brazos.
4- Después que el cuerpo está tendido muy plácidamente, es momento de despejar la mente por diez segundos. Eliminar el ruido, las imágenes que no queremos ver, los ecos, etc.