SOS, la enfermedad que te deja sin lágrimas

La irritación, fatiga ocular, sequedad y sensación de quemazón son los síntomas del Síndrome del Ojo Seco, lo que podría afectar la ejecución de tus actividades cotidianas.

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elsalvador.com

Por Kenya Henríquez / Agencias

2018-08-18 3:26:26

El Síndrome del Ojo Seco (SOS) consiste en la producción insuficiente de lágrimas o la evaporación acelerada de las mismas, generando poca lubricación en el órgano e inflamación en la superficie, describe el Instituto Nacional de Ojos de Estados Unidos.

Ante la problemática anterior, el paciente percibe “irritación, fatiga ocular, sequedad y sensación de quemazón”, y dichos síntomas dificultan llevar a cabo las actividades cotidianas. Por ejemplo, incapacidad de leer excesivamente, de trabajar muchas horas frente a la computadora o estar en un ambiente de aire seco.

Un ojo saludable produce lágrimas basales compuestas por aceite graso, mucosidad y agua. Al parpadear este líquido fluye por la córnea para protegerlo del exterior. Sin embargo, cuando el órgano no lubrica lo suficiente o falta uno de los elementos de la lágrima este comienza a secarse y termina con una visión borrosa y con parpadeos constantes.

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Desencadenantes

El síndrome se puede dividir en dos tipos a nivel general: “por déficit de la capa acuosa de la película lagrimal y por el aumento de la evaporación de la lágrima”, detalló la oftalmóloga Nieves Alonso, en un artículo de EFE.

La doctora indica que cuando está relacionado con las fallas en la capa acuosa, una de las razones para su aparición puede ser el síndrome de Sjögren.

Tipos de Síndrome de Ojo Seco

Existen cinco maneras específicas en las que puede darse el SOS, y que se determinan a través de un examen oftalmológico.

• Acuodeficiente: consiste en la falta de mucosidad en el lagrimal.

• Evaporativo: provocado por la incapacidad de lubricación de la glándula encargada de Meibomio.

• Inflamatorio: cuando el ojo presenta un abultamiento.

• Neurotrófico: Limita las funciones del nervio de la córnea.

• Neuropático: Produce alteración en el nervio de la córnea.

Por otra parte, aunque el ojo seco esté asociado a la edad avanzada, influyen otros factores como tratamientos médicos, por ejemplo anticonceptivos, antidepresivos y antihistamínicos. Además está ligado a enfermedades inflamatorias, Parkinson y presión arterial; de igual manera a trastornos diabéticos y tiroideos.

Finalmente la falta de vitamina A puede dejarte sin lágrimas; así que consume alimentos como pescado, leche, zanahoria y melón, para aportar esta sustancia a tu organismo.

La buena noticia es que el ojo seco puede controlarse, a continuación te brindamos algunos consejos:

• En primera instancia consulta con tu oftalmólogo para que determine el medicamento que necesitas.
• Auxíliate de gel para limpiar tus ojos y aplícate lágrimas artificiales para mantenerlo lubricado.
• Al usar la computadora, minimiza el brillo del monitor y evita estar frente a él por mucho tiempo.
• Protégete de la luz con lentes de sol.
• Evita ambientes con aire acondicionado y cuando vayas en tu auto, procura que este no haga contacto directo con tus ojos.
• Aléjate de lugares con mucho humo.
• Utiliza tapones de silicona o colágeno para bloquear el conducto lagrimal; estos deben colocarlos un especialista.
Consideraciones para elegir lágrimas artificiales.

Las lágrimas artificiales son la primera respuesta médica para el tratamiento del síndrome, debido a que funcionan como lubricantes y ayudan a reducir los efectos del síndrome.

Aunque puedes adquirirlas sin prescripción de un médico, es importante que tu oftalmólogo realice una evaluación para recetarte las más indicadas a tu problema.

Sin embargo, evita el uso de gotas que reduzcan el enrojecimiento del ojo, pues provocan irritación al usarlas por tiempo prolongado.

Ten presente que existen tipos de lágrimas artificiales que tienen conservantes que impiden la producción de bacterias, una vez abiertas y ten en cuenta que podrían provocarte irritación al presentar resequedad intensa. También están las que no llevan conservantes, recomendadas para aplicarlas cuatro veces al día como máximo, por su bajo contenido de aditivos.