La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural en el ser humano. Pero, muchas veces, este sistema de respuesta se desborda y crece desproporcionadamente provocando sensaciones incómodas y hasta enfermedades.
Esta intranquilidad puede manifestarse en síntomas mentales: cansancio, irratibilidad, problemas para concentrarse y conciliar el sueño; o en síntomas físicos: tensión muscular, temblores, mareos, desmayos, indigestión, diarrea, respiración profunda, sudoración excesiva.
De acuerdo con un estudio del Instituto de Atención Psiquiátrica del hospital del Mar de Barcelona, el 15 % de la población ha sufrido al menos una vez en la vida un trastorno de ansiedad.
Lo importante es reconocer que se padece, ya sea a un nivel que puede manejarse o en aquellos donde se necesita ayuda profesional.
Si en algún momento de tu día estás sintiendo esos ataques de pánico o angustia, expertos dan algunas recomendaciones sencillas, pero que mejorarán tu estado de ánimo. ¿Las conoces?
1. Respira: sí, es un acto que hacemos inconscientemente, pero significa ¡vida! El sitio online Nesweek indica que esta acción es “la manera científica de engañar a tu cuerpo para que piense que las cosas están muy bien”. En la disciplina de yoga, la respiración es clave y esto puede aplicarse cada vez que existe un episodio de ansiedad. Dicha tradición india señala que la respiración completa conlleva a una mente serena, hay mayor resistencia a las enfermedades, se tiene más energía y se potencian las capacidades mentales, como la concentración y la memoria.
Inhala suave y profundamente, exhala el aire con calma. Cierra tus ojos para mayores beneficios. Haz esta respiración entre 5 a 10 minutos.
2. Agua fría en tus muñecas: estudios científicos han demostrado que el agua fría libera las endorfinas (neurotransmisores que se encargan de dar bienestar y felicidad), reduce las contracciones del cortisol (hormona que se produce en momentos de estrés) y disminuye el ritmo cardiaco, por lo que ayudaría a detener un ataque de pánico. Además, por las muñecas pasan arterias importantes, si las enfrías, tu cuerpo también lo estará.
3. Coma o bebe algo: masticar un alimento libera la tensión de la mandíbula y beber algo (agua, té, café o un chocolate caliente) siempre relajará el cuerpo y disminuirá las contracciones de la hormona del estrés. Así que guarda en tu bolso, auto, en tu escritorio o en tu casa nueces, fresas, ciruelas, manzanas, espinacas, remolacha y brócoli. Estos alimentos son altos en antioxidantes y la ansiedad llega cuando los niveles de estas moléculas están bajos.
4. Aplica aceites: la aromaterapia relaja el cuerpo y la mente. No necesitas estar en un spa y poner a prueba este consejo. Solo debes adquirir un aceite, colocarlo en tu difusor por la noche o poner unas gotitas en tu frente y cerca de tus fosas nasales durante el día. ¡Verás la diferencia! Se recomienda el de lavanda, jazmín, geranio y sándalo.
5. Haz una buena obra: esta pequeña, pero maravillosa, acción te ayudará a eliminar esos pensamientos negativos y horribles. Cuando eres empático o solidario, recuerdas que el mundo es un lugar mejor. Así que: di un cumplido sincero a un colega, da una propina mayor a quien te atendió, ayuda a tu vecino, enciende la radio para ¡bailar y cantar!